Para construir el futuro

Según plantea el escritor James Clear, los individuos e instituciones se componen de tres niveles: resultados, procesos y creencias. Este último es la columna vertebral que determina lo que una organización o individuo es. Sin cambios en las creencias, es absurdo esperar cambios en los resultados.

Esto aplica también a la democracia, la cual se fundamenta en creencias como la libertad, el bienestar general, la igualdad, respeto a las normas y el consenso. Sin estos valores, la democracia no existe y su lugar es ocupado por el autoritarismo.

En Panamá, la necesidad de instaurar una cultura democrática es urgente para superar las crisis actuales y avanzar hacia un mejor futuro. A pesar de la transición democrática iniciada en 1989, la corrupción, la desigualdad y la falta de transparencia siguen siendo grandes desafíos. Panamá ocupa la posición 111 de 180 en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2023, y su coeficiente de Gini de 49.9 en 2022 refleja una alta desigualdad.

Para consolidar una democracia estable, es esencial una educación cívica que fomente los valores democráticos y una ciudadanía comprometida. Además, promover la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno es fundamental. Solo así Panamá podrá garantizar libertad, bienestar, igualdad y desarrollo para todos sus ciudadanos.

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