La falta de mantenimiento preventivo en el equipo automotor del Estado panameño, ejemplificado por la situación crítica de Mi Bus, refleja una gestión deficiente y costosa a largo plazo. Cada año, numerosos vehículos estatales quedan inoperantes debido a la falta de piezas de bajo costo, una consecuencia directa del desinterés en mantener adecuadamente los recursos públicos. Este problema se acentúa en tiempos de austeridad, cuando las arcas públicas, ya debilitadas, no pueden absorber los costos de tanta negligencia acumulada.
El reciente encuentro entre el gerente general saliente de Mi Bus y el designado a partir del próximo mes de julio, pone de relieve la urgencia de abordar esta situación. El nuevo gerente ha subrayado que su prioridad será reactivar las 450 unidades de Metro Bus que necesitan reparaciones, principalmente en sus sistemas de aire acondicionado. Con solo 600 de las 1,436 unidades operativas, la falta de mantenimiento ha dejado a una gran parte de la flota fuera de servicio, afectando la movilidad en los distritos de Panamá y San Miguelito.
Este contexto resalta la necesidad de instaurar una política de mantenimiento constante y efectiva para todos los recursos estatales. Abordar el mantenimiento preventivo no solo en el parque automotor, sino en todas las infraestructuras públicas, es esencial para evitar el despilfarro de recursos y asegurar la eficiencia y funcionalidad de los servicios que con ellos se brinda. En tiempos de austeridad, esta medida no solo es prudente, sino imprescindible para garantizar la sostenibilidad y operatividad de los bienes del Estado.