Una ola de calor extremo ha cobrado la vida de más de 900 fieles musulmanes durante el Hach, la peregrinación anual a La Meca, según informes recopilados de diversas fuentes. Las temperaturas en Arabia Saudita alcanzaron los 52 grados centígrados, afectando severamente a los peregrinos, especialmente a aquellos que viajaron de manera no oficial.
El Hach, uno de los cinco pilares del Islam, atrajo este año a más de 1.8 millones de musulmanes a La Meca, de los cuales 1.6 millones procedían de fuera de Arabia Saudita. La peregrinación, que concluyó el pasado miércoles, se vio marcada por condiciones climáticas extremas que pusieron a prueba la resistencia de los fieles.
Egipto encabeza la lista de países más afectados, con al menos 325 peregrinos fallecidos, según fuentes médicas anónimas citadas por la agencia EFE. Sin embargo, el gobierno egipcio solo ha reconocido oficialmente 28 muertes entre su delegación oficial de más de 50,000 personas. La discrepancia en las cifras se atribuye a la gran cantidad de peregrinos que viajaron de forma irregular, fuera de las cuotas establecidas por Arabia Saudita.
Indonesia reporta la segunda cifra más alta de víctimas, con aproximadamente 200 fallecidos, seguida por India con 98, Malasia con 34 y Bangladesh con 31. Otros países como Jordania (75 muertos), Túnez (49), Marruecos (20) y el Kurdistán iraquí (19) también han informado de pérdidas significativas entre sus ciudadanos.
La mayoría de las muertes se atribuyen a golpes de calor y agotamiento. Testimonios de sobrevivientes describen escenas dramáticas. Mohamed, un egipcio de 31 años residente en Arabia Saudita, relató: «Vi cuerpos en el suelo. También personas que se desplomaban repentinamente y morían de agotamiento».
La crisis ha provocado respuestas gubernamentales en varios países. Egipto ha formado una célula de crisis encabezada por el primer ministro Mostafa Madbuli para dar seguimiento a la situación. Tanto Egipto como Jordania han culpado a «individuos y agencias» por facilitar viajes irregulares y han prometido tomar medidas contra los responsables.
En Túnez, la crisis ha tenido repercusiones políticas. El presidente Kais Said destituyó al ministro de Asuntos Religiosos, Ibrahim al Shaibi, tras conocerse el número de fallecidos tunecinos en la peregrinación.
La tragedia ha puesto de manifiesto las dificultades que enfrentan muchos musulmanes para realizar el Hach de manera oficial. Los visados son otorgados por Arabia Saudita según un sistema de cuotas por país, y en algunos casos, como en Egipto, son sorteados entre los fieles. Los viajes oficiales suelen ser costosos, con un precio promedio de 5,000 dólares por persona, lo que lleva a muchos a buscar alternativas no oficiales.
Los peregrinos que viajaron de forma irregular, a menudo con visados turísticos, no tuvieron acceso a las instalaciones climatizadas y tiendas de campaña proporcionadas por las autoridades saudíes. Esto los dejó expuestos a las inclemencias del clima en las calles de La Meca.
La situación ha generado críticas hacia la organización del evento. Muchos se quejaron de la falta de estaciones de refrigeración y agua suficiente para todos los peregrinos. Un operador turístico egipcio, que habló bajo condición de anonimato, describió las duras condiciones que enfrentaron los peregrinos no registrados, incluyendo la falta de transporte adecuado que obligó a muchos a caminar distancias de más de 12 millas bajo el sol abrasador.
El impacto del cambio climático en el Hach es una preocupación creciente. Islamic Relief, una agencia de ayuda global con sede en Londres, ha estado alertando desde 2019 sobre los riesgos del aumento de temperaturas en La Meca. Shahin Ashraf, jefe de promoción global de la organización, advirtió: «Si las emisiones mundiales continúan en un escenario sin cambios, las temperaturas en La Meca aumentarán a niveles que el cuerpo humano no puede soportar».
Esta no es la primera vez que el Hach se ve afectado por tragedias. En 2015, una estampida resultó en la muerte de más de 2,200 personas. En años recientes, el estrés por calor ha sido una causa recurrente de problemas de salud entre los peregrinos.
Arabia Saudita, por su parte, no ha emitido declaraciones oficiales sobre el número de fallecidos. El reino, que invierte millones de dólares en acomodar a los fieles, ha celebrado el «éxito» de la peregrinación, pero no ha respondido a las informaciones sobre los decesos.
La tragedia ha dejado a muchas familias en duelo y buscando respuestas. En Pakistán, que ha reportado al menos 35 muertes, los dolientes se reunieron para honrar a sus muertos. En la ciudad de Chaman, en la provincia de Baluchistán, decenas de personas ofrecieron sus condolencias frente a la casa de Abdul Bari Kakar, un comerciante de 49 años que había ahorrado durante meses para realizar su tercer Hach.
A medida que se siguen recopilando datos, se espera que el número de víctimas aumente. La tragedia ha puesto de relieve la necesidad de mejorar las medidas de seguridad y adaptación al cambio climático en futuras peregrinaciones, así como de abordar los desafíos que enfrentan los musulmanes para realizar el Hach de manera segura y asequible.