En un país como Panamá, con una población de 4,3 millones de habitantes, y con una alteración climática como nos ha provocado el fenómeno del Niño en este último ciclo 2023-2024, la problemática del alto costo de la electricidad se ha convertido en un desafío perenne que afecta tanto a los hogares como a la competitividad económica. Esta situación se agrava aún más cuando se considera que poseemos una Planta de Energía Termoeléctrica, con una capacidad de 300 MW en espera, sin funcionar. ¿Cuál es la razón detrás de esta situación y por qué es crucial la activación de esta planta?
La necesidad imperante de poner en marcha la Planta de Generación Eléctrica en Punta Rincón, se fundamenta en varios factores cruciales. En primer lugar, es indispensable para satisfacer las necesidades energéticas asociadas con la implementación del Plan de Preservación y Gestión Segura en la Mina de Cobre Panamá y sus instalaciones relacionadas. La paralización abrupta de la mina, como resultado del fallo de la Corte Suprema de Justicia del pasado 28 de noviembre de 2023, ha dejado un vacío energético, porque antes, lo que la mina no usaba, se podía vender e ingresar al Sistema Integral Nacional de Energía, hoy con una reducción en su suministro por tener las hidroeléctricas del país en baja producción y que solo puede ser llenado por la activación de esta planta.
Es importante destacar que las decisiones, que condujeron a la paralización de la mina, estuvo marcado por protestas civiles y presiones políticas de ciertos grupos políticos, que no pudieron mantener su supuesto liderazgo que se autoproclamaban en las protestas de octubre y noviembre del 2023. Estos grupos utilizaron el tema del contrato minero como una herramienta política para avanzar en sus agendas ocultas, sin considerar las implicaciones económicas y energéticas para el país.
Además de abordar las necesidades energéticas de la mina, la operación de la planta de generación a su máxima capacidad también contribuirá significativamente al fortalecimiento del Sistema Integrado Nacional, el sistema eléctrico del país. Esto no solo garantizará un suministro energético más estable y confiable, sino que también podría conducir a una reducción en la cuenta de electricidad para los consumidores, aliviando así la carga financiera que representa para muchas familias panameñas.
Cabe mencionar que, según estimaciones, una planta de 300 MW en pleno funcionamiento podría beneficiar a más de 250,000 hogares panameños. Por ejemplo, solo en la región de Azuero, una de las regiones más pobladas del interior de la república, esta cantidad de energía sería suficiente para abastecer a toda su población, haciendo posible una comparación tangible del impacto que la activación de esta planta tendría en una región específica de Panamá.
Este dato resalta aún más la importancia de activar esta planta no solo para el sector industrial y económico, sino también para mejorar la calidad de vida de un gran número de familias en todo el país.
En resumen, la activación de la Planta Termoeléctrica de Energía de Cobre Panamá, es más que una simple cuestión de cumplimiento contractual o económico. Es una necesidad urgente que responde a la estabilidad energética del país, la viabilidad económica de proyectos clave y el bienestar de la población en general.
Ya pasó la campaña electoral, ya tenemos un nuevo mandatario, ya es hora de dejar de lado las agendas políticas y trabajar en conjunto para asegurar un futuro energético sostenible y próspero para Panamá.