Una bacteria diminuta, que pesa una billonésima parte de un gramo, ha demostrado ser eficiente en el procesamiento de elementos de tierras raras de una manera ecológica.
En un nuevo estudio, científicos de la Universidad de Cornell (EEUU) muestran que la ingeniería genética de esta bacteria podría mejorar la eficiencia para la purificación de elementos que se encuentran en teléfonos inteligentes, computadoras, automóviles eléctricos y turbinas eólicas, e incluso podría impulsar las cadenas de suministro económicas globales.
La bacteria Vibrio natriegens ofrece un método sostenible, llamado biosorción, para extraer elementos valiosos y necesarios en lugar de utilizar métodos más antiguos, contaminantes y con mucho disolvente, según un artículo que se publica en Synthetic Biology, una revista de la American Chemical Society.
«Los métodos termoquímicos tradicionales para separar lantánidos son ambientalmente horribles», dijo en un comunicado Buz Barstow, profesor asistente de ingeniería biológica y ambiental en Cornell, autor correspondiente. «Es difícil refinar estos elementos. Por eso enviamos elementos de tierras raras al extranjero, generalmente a China, para procesarlos», comentó.
Los estudiantes de doctorado Sean Medin y Anastacia Dressel dirigieron la investigación para diseñar genéticamente una cepa de Vibrio natriegens para aumentar su capacidad de biosorber (o extraer) elementos de tierras raras.
Los investigadores cambiaron el genoma de Vibrio natriegens con un plásmido llamado MP6, que introduce errores en el genoma y luego examinaron los mutantes para detectar una mayor biosorción de elementos de tierras raras.
«Dada la facilidad de encontrar mutantes de biosorción significativos, estos resultados resaltan cuántos genes probablemente contribuyen a la biosorción», dijo, «así como el poder de la mutagénesis aleatoria para identificar genes de interés y optimizar un sistema biológico para una tarea».