La economía panameña atraviesa un momento de incertidumbre y desafíos en el que destacan la reducción de los ingresos fiscales y un aumento de los gastos públicos. En este contexto, es fundamental que el presupuesto del 2024 se ajuste a la real situación económica del país. Resulta obligatorio que sea realista, eficiente y enfocado en atender las necesidades más urgentes de la población. Para la próxima vigencia fiscal el que se propone ronda un poco más de los 30 mil millones de dólares. Como ha sido la tónica general de la última década, éste evidencia un considerable aumento con respecto al anterior, sin que se refleje en beneficios palpables a favor de la población general. Contrariamente, cada año se agudiza aún más el deterioro de los servicios básicos que recibe el ciudadano de a pie.
Luego de las consecutivas crisis que han sacudido al país en estos últimos años, es importante que se prioricen las necesidades más urgentes de la población. El gobierno debe priorizar el gasto en los sectores que generan empleos, como la infraestructura, la agricultura y el turismo. También debe invertir en educación y salud para mejorar la calidad de vida de la población.
Un presupuesto eficiente y enfocado en las necesidades más apremiantes de la población es fundamental para el futuro de Panamá. El gobierno debe actuar con urgencia para aprobar un presupuesto que responda a las necesidades del país.