Millones de niños trabajan en la producción de ingredientes para cosméticos, según un informe de World Vision

Dos niños trabajan en una mina en República Democrática del Congo. ALAIN MWAKU (Foto de ARCHIVO) 20/12/2011

Millones de niños y niñas en el mundo trabajan en la producción de ingredientes para productos de belleza, según advierte la ONG World Vision en su último informe ‘El alto precio de la belleza: Explotación infantil en la cosmética mundial’.

El informe, publicado este viernes, se basa en los hallazgos de un estudio realizado por World Vision en marzo de 2019, que se complementó con otros estudios teóricos en 2022 y 2023 y visitas sobre el terreno realizadas en Ghana y Uganda en agosto de 2019 y abril de 2023.

La investigación identificó ingredientes en cosméticos que tienen «un alto riesgo de trabajo infantil» en su abastecimiento y producción, como la vainilla, que en su mayor parte procede de Madagascar, pero también de Uganda, Indonesia y Mauricio, y que se puede encontrar en lociones corporales, bálsamos labiales o maquillaje, o el karité, recolectado en África Occidental y Oriental, tradicionalmente por mujeres, utilizado en maquillaje de ojos, bronceadores, pintalabios o productos capilares.

Otro de los ingredientes detectados es la mica, que en un 25% procede de Jharkhand y Bihar (India), donde la mayoría de las minas son ilegales y abunda el trabajo infantil. Más de 22.000 niños y niñas, algunos de cinco años, trabajan con sus familiares lejos de las escuelas. La mica se usa para añadir brillo al iluminador y al colorete, a las sombras de ojos, a las barras de labios y a los esmaltes de uñas.

«Puede que los productos libres de crueldad no incluyan pruebas con animales, pero es probable que incluyan ingredientes obtenidos mediante el trabajo infantil», advierten desde la ONG.

Según los datos recogidos en el informe, en todo el mundo, casi 1 de cada 10 niños, es decir, 160 millones de menores de entre 5 y 17 años, trabaja; y hasta el 26% del trabajo infantil está vinculado a los mercados mundiales de exportación.

Además, se calcula que el 30% de los ingredientes de los cosméticos proceden de la minería o de la agricultura y 112 millones de niños y niñas en el mundo, el 70% de todos los niños trabajadores, trabajan en la agricultura.

Ante esta situación, World Vision pide a los consumidores de cosméticos que presionen a los gobiernos y a las empresas de belleza para que mejoren la trazabilidad y la legislación sobre la cadena de suministro, que reduzcan su dependencia de los intermediarios y no hagan «la vista gorda» ante la realidad de la procedencia de algunos de sus ingredientes.

«En las minas ilegales de India y Congo, los niños mueren en pozos mineros derrumbados mientras excavan en busca de minerales que nos ayuden a brillar y a retrasar el envejecimiento. La enrevesada naturaleza de las cadenas de suministro mundiales hace que las familias no ganen lo suficiente para mantener a sus hijos escolarizados y sin trabajar. Mientras la demanda y los beneficios de las empresas cosméticas aumentan, también lo hace el riesgo de trabajo infantil», ha alertado la responsable de Sensibilización y Relaciones Externas de World Vision, Daniela Buzducea.

El informe de World Vision también revisa las políticas de las siete mayores empresas de belleza en 2018, y de nuevo en 2022, y se observan «avances en la documentación de las normas de los proveedores, la formación, la disponibilidad de líneas directas y las auditorías». Si bien, en el mismo período también se observa «un aumento masivo» de niños y niñas que trabajan para recolectar ingredientes utilizados en cosméticos como el cacao, el cobre, la mica y la vainilla.

«La mejora de la legislación sobre la cadena de suministro ha ayudado a mejorar las prácticas de las empresas sobre el papel en los últimos años, pero aún estamos esperando ver que eso se traduzca en cambios sobre el terreno. Los niveles de trabajo infantil están aumentando», ha advertido la ONG.

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