Este jueves 29 de diciembre, murió el Rey Pelé a los 82 años en Sao Paulo, en su nativa Brasil. Había estado recibiendo tratamiento médico durante los últimos años a causa de un cáncer que obligó a internarlo hace un par de semanas para tratarle varios padecimientos de salud, entre ellos una seria afección respiratoria.
Nacido el 23 de octubre de 1940 como Edson Arantes do Nascimento en un perdido pueblo rural del estado de Minas Gerais, su nombre fue un homenaje hecho por sus padres a Thomas Alva Edison, porque poco antes de su nacimiento la electricidad había arribado a su pueblo de origen.
Su leyenda nació en la Copa del Mundo de 1958, realizada en Suecia, donde con apenas 17 años y una figura no muy imponente se convirtió en columna fundamental del equipo brasileño anotando 6 goles a lo largo del torneo, que culminó con un equipo carioca llevándose a casa su primer campeonato mundial. Durante su deslumbrante carrera deportiva, Pelé ganó en tres ocasiones la Copa del Mundo con el equipo de Brasil, además de 10 títulos de la liga local militando con el Santos. En 1977 logró, también, el campeonato de la Liga de Fútbol de América del Norte con el equipo New York Cosmos, el cual había logrado sacarlo de su retiro a los 34 años. Con este equipo jugó durante tres temporadas convirtiéndose en el motor de una campaña para popularizar el fútbol en los Estados Unidos.
Se ganó la admiración y el respeto del mundo, dentro y fuera de las canchas, porque encarnaba lo que el genio puede alcanzar apoyado sobre la disciplina y la vocación. A lo largo de su vida mantuvo firme su convicción en el poder del fútbol para unir a la gente por encima de cualquier consideración de nacionalidad, nivel social o raza. ¡Eso es lo que hacen los genios: trascienden los linderos de su campo de acción para convertirse en elementos de integración más allá de las barreras vigentes de su época!
Resulta comprensible, entonces, que otra leyenda como el pintor Andy Warhol reconociera que el jugador brasileño contradecía su teoría acerca de los 15 minutos de fama a los que tenía derecho todo ser humano. “En lugar de 15 minutos de fama, tendrá 15 siglos”, dijo refiriéndose al Rey Pelé.