Sin embargo, Griffiths ha reconocido que las partes involucradas en el acuerdo para la exportación de alimentos desde territorio ucraniano –Ucrania, Rusia, Turquía y Naciones Unidas– aún siguen perfilando las coordenadas exactas de las rutas.
Las partes acordaron que los barcos cruzarían el mar Negro hacia el estrecho del Bósforo, en Turquía, país donde se ha establecido un centro de coordinación conjunto que incluye representantes de los tres países y de la ONU.
Este centro, ubicado en Estambul, es el encargado de examinar los barcos que entren en Ucrania con el fin de garantizar que no estén introduciendo armas o material de combate en el país, inmerso en un conflicto bélico desde finales de febrero tras la orden de invasión del presidente ruso, Vladimir Putin.
Ucrania se comprometió a guiar a los barcos a través de aguas que han sido minadas y Rusia prometió no fijar como objetivo a los barcos ni a determinadas infraestructuras portuarias.
Según Griffiths, una vez que se certifique la puesta en marcha de las exportaciones, se podrían llegar a alcanzar las cinco toneladas de alimento al mes, unos niveles semejantes a los de antes del inicio de la guerra y nunca registrados desde entonces.
De acuerdo con informaciones aportadas por las autoridades de Ucrania, país considerado como el ‘granero de Europa’, más de 20 millones de toneladas de cereal esperan para ser exportadas.