En un comunicado, los jóvenes señalaron su disconformidad con el trato que han recibido de parte de un sector de los convocados, quienes aseguraron «nos coartaron la oportunidad de participar desde el primer día en que se instaló la mesa.
Por una parte, señalan que el Gobierno Nacional ha mostrado «una evidente falta de credibilidad» en la conducción de las conversaciones, y por otro lado, advirtieron que en lugar de una mesa para buscar soluciones a problemas puntuales, «esto se ha convertido en una mesa ideológica, que no busca solución a los problemas, sino que crea focos de conflicto».
Señalan que este último grupo «ha monopolizado lo que debió ser una agenda de una real discusión honesta», impidiendo que se discuta el tema de la corrupción, razón por la que los jóvenes estaban participando de la mesa.
“Desde el día uno intentaron coartar la voz de la juventud, hasta el momento de recibir amenazas directas por el simple hecho de poner sobre la mesa nuestros puntos de vista», precisaron los jóvenes.