Son solo unas pocas preguntas y muy directas. Cuando Laurentino Cortizo enfrente a la Nación desde el estrado de la Asamblea Nacional, su estado de salud se llevará la mayor atención.
No es su condición en sí misma, sino las implicaciones que tendrá el hecho de que, horas después del discurso, Cortizo sale hacia los Estados Unidos, según ha dicho, “en busca de una segunda opinión”, tras un diagnóstico muy serio. En palabras simples: cáncer en la sangre, en etapa intermedia.
“Sin duda hay temas latentes; pero, la gran incertidumbre es saber qué decisión toma: si al irse se genera una ausencia o se separará del cargo”, explica el abogado Alfonso Fraguela, exvicepresidente del Colegio de Abogados, al comentar el tema.
“Las implicaciones de esta decisión en el país e incluso a nivel internacional son profundas”, añade el abogado, al dar los primeros trazos de las opciones que muestra el futuro inmediato.
Médicos han explicado a Destino Panamá que el tratamiento conocido para este padecimiento es un trasplante de células madre. Altamente efectivo, pero sumamente desgastante y requiere largos periodos de hospitalización. “El necesita tratamiento urgente”, aseguran fuentes médicas consultadas. “Si no se complica estamos hablando de 2 a 3 meses de hospitalización y el paciente estará muy vulnerable”.
Ausencia, separación o retirada
De acuerdo con la Constitución de la República de Panamá, quien ocupe la presidencia puede ausentarse hasta 10 días sin mayores implicaciones. El asunto es cuando las ausencias son por más de ese periodo.
Según el artículo 187 de la Constitución, el presidente Cortizo podrá estar ausente, hasta por un mes con la autorización del Consejo de Gabinete; y para un periodo mayor, necesita la aprobación de la Asamblea Nacional.
Cortizo también puede optar por una separación del cargo mediante una licencia, que puede ser autorizada por el Consejo de Gabinete hasta por 90 días, según el mismo artículo 187, que establece los conceptos, pero no detalla las condiciones que hacen diferencia entre ausencias, licencias o separaciones. Ahí mismo se establece que si la separación requiere más de 90 días (tres meses), entonces la autorización debe ser del Órgano Legislativo.
El reemplazo
En cualquiera de los casos anteriores, la opción uno para ocupar la silla vacía es el vicepresidente. Sin embargo, un elemento parece complicar lo que parecería una coyuntura normal: José Gabriel Carrizo, actual vicepresidente de la República, ha dejado claro que aspira a ser el candidato oficialista en las elecciones de 2024.
Evidentemente esta aspiración dificulta que asuma las funciones de presidente, pues las posibilidades de que se inhabilite su candidatura saltan a la luz.
La Constitución solo lo inhabilita directamente si se diera una ausencia absoluta del presidente, es decir, si Cortizo dejara la presidencia de manera definitiva. Pero, en el contexto del momento, con la campaña a la vuelta de la esquina, Carrizo no podría ser Presidente Encargado y candidato al mismo tiempo, a partir de noviembre de 2023. La campaña empieza formalmente en enero de 2024.
Así las cosas, la salud de Cortizo, se convirtió en un factor determinante para el escenario político del país.
“Carrizo debe cumplir con el juramento que hizo en julio de 2019”, dice el abogado Fraguela e insiste en que solo ante una “ausencia absoluta” se inhabilita su candidatura en 2024. Por lo pronto todo está por verse y el telón se corre con el discurso del presidente Cortizo el 1 de julio de 2022.