«Tanto la OTAN como la Unión Europea se han resignado a que su ‘amo de casa’ esté en Washington», ha asegurado Lavrov.
Asimismo, Lavrov ha acusado a Estados Unidos y Canadá de entrenar a «neonazis» en las filas del Ejército ucraniano, haciendo referencia principalmente al Batallón Azov.
«Se están publicando ahora archivos que confirman que los estadounidenses y, en particular, los canadienses desempeñaron un papel destacado en el entrenamiento de divisiones ultrarradicales, abiertamente neonazis, en Ucrania. El objetivo ha sido todos estos años asegurarse de que los neonazis se unieran a las fuerzas militares regulares de Ucrania. En consecuencia, los miembros de Azov desempeñarían un papel destacado», ha subrayado Lavrov.
Según Lavrov, las autoridades de Kiev están intentando retirar de la planta metalúrgica de Azovstal a los radicales ucranianos que permanecen allí, ya que entre ellos puede haber oficiales occidentales, agregando que mucho antes de 2014 Occidente hizo elegir a Kiev entre Europa y Rusia.
Por otro lado, Lavrov ha afirmado que Rusia trabaja para lograr acuerdos que garanticen que nadie inicie una guerra nuclear y ha criticado a los medios de comunicación occidentales por «distorsionar» sus declaraciones sobre los riesgos de una guerra nuclear.
«Fuimos nosotros los que instamos a nuestros compañeros estadounidenses a que volvieran a hacer lo que hicieron Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan en 1987, es decir, a que adoptaran una declaración y confirmaran que no podía haber vencedores en una guerra nuclear y que ésta nunca debía desencadenarse», ha señalado Lavrov.
Así, ha aseverado que Rusia no logró «persuadir a la Administración de Donald Trump para que lo hiciera, ya que tenía sus propias observaciones al respecto. Sin embargo, la Administración de Joe Biden aceptó la propuesta».