El sondeo, elaborado por la firma Morning Post para Politico, compara este nivel de apoyo a las restricciones con otros ataques recientes y lo sitúa en términos similares. Tras el reciente tiroteo en Buffalo, que se saldó con una decena de muertos, un 60 por ciento respaldaron el endurecimiento de leyes.
La subida del nivel de apoyo se nota especialmente entre los republicanos, que pasan del 37 al 44 por ciento, mientras que en el caso de los votantes independientes la subida es de diez puntos, hasta representar dos de cada tres.
Respecto a las medidas concretas, un 88 por ciento de las 1.920 personas entrevistadas está a favor de que se pida un certificado de antecedentes a todos los compradores de armas y un 84 por ciento que se prohíba la venta a personas denunciadas por algún tipo de trastorno mental, mientras que un 75 por ciento reclama una base de datos nacional que recoja todas estas adquisiciones.
Menor apoyo recibe un potencial veto de las armas de asalto (67 por ciento) o dotar al personal de centros educativos de armamento (54 por ciento), según el sondeo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha abogado por reabrir el debate sobre las armas tras la matanza de Uvalde, algo que ya intentó en vano Barack Obama durante sus ocho años en la Casa Blanca. «¿Cuándo nos vamos a enfrentar al ‘lobby’ de las armas?», proclamó Biden la misma noche del tiroteo en un discurso a la nación.