Diría el General Noriega, en su teoría de las tres P. para los amigos plata, para los enemigo plomo y para el indeciso palo. Acá en vez de 3 son cuatro las P, a las cuales queremos hacer referencia, y que guardan relación a la filtración de documentos de índole privado, que un grupo de medios ha obtenido, con complicidad de otras personas, y que simplemente dan a la luz como algunas personas manejan sus finanzas o cuentas personales.
Las filtraciones son ilegales, al no tener autorización de su dueño, pero al final solo rebela morbo y a quien va dirigido el daño.
Panamá, no es un paraíso fiscal, de por si grava el impuesto sobre la renta bien alto, tenemos el IVA que nos resulta y que permite que la población pueda acceder a bienes y servicios de calidad, y eso no significa que seamos un paraíso fiscal.
En adición, las normas legales obligan a los sujetos financieros y no financieros a llevar registros de sus clientes, aplicar debida diligencia y sobre todo, su sistema financiero es uno de los más estrictos para la apertura de cuentas, en comparación con varios países de la OCDE o GAFI.
En conclusión, le damos el soporte a muchas personas y empresas que desean instalarse en un país, que, con una democracia imperfecta, mantiene respeto por la misma, les da seguridad y confianza.
Los papeles de Panamá, bautizado así en forma maliciosa y siguiendo lineamientos del grupo de países élites, que buscaban hacer un daño a Panamá, para que las personas que mantenían bienes, cuentas u otros intereses regresaran a dichos países. La filtración ilegal de aquella vez fue patrocinada a nivel interno por medios y políticos.
No es algo desconocido como Juan Carlos Varela, siendo Presidente, tiró a la hoguera a su “amigo”, Ministro Consejero y financista de campaña, Ramon Fonseca, para complacer a saber qué intereses.
Tampoco es falso, que desde la Cancillería de Isabel St. Malo, nos giraron instrucciones a los Embajadores, para no defender nada y hacer silencio incluso en las redes sociales personales.
Como si el ataque no fuera contra el país, sino contra una firma o un individuo. Obvio yo salí y defendí a mi país, e incluso Luis Hincapié me dijo que sino estaba de acuerdo podía renunciar.
Pandora, le pusieron ese nombre, porque al final no lograron destruir a Panamá y quedaron en evidencia, pues siguen teniendo un montón de jurisdicciones con regímenes fiscales más cuestionados y en donde depositan sus dineros mal habidos los personajes y políticos que forman parte de la OCDE.
Nadie se cree que la lista de famosos es solo esa. Como todo buen medio esconde a las personas de su entorno y de los que los financian.
Esta segunda ola llega, porque Panamá no supo defender la dignidad del país, más bien corrieron a hacerle la venia y arrodillarse ante estos organismos que han fracasado en sus países y se dedican a perseguir a pequeñas naciones.
Pendejos hemos sido desde el día uno, por la actitud complaciente de la Cancillería de la época, que nunca defendió los intereses del país. Una Canciller que a viva voz decía que “esta canciller no va a ir a defender a los Waked”, cuando la obligación primera del servicio exterior es velar por los intereses y el bienestar de sus nacionales en el exterior. Sean culpables o inocentes.
Pero cuando tiene mentalidad sumisa corren a quedar bien con el que sea. Nos agarraron de pendejos y seguimos pagando las culpas con esta filtración. Aun cuando de lo que sale, de ahí no hay nada ilegal, pues constituir sociedades no es ilegal, ilegal es usarla para fines ilícitos y no puede ser el país responsable de estas acciones.
Hoy nos vuelven a meter en listas negras, países que mantiene unos impuestos a sus ciudadanos tan altos que los convierte en casi confiscatorios de sus ingresos, los cuales los hacen renegar de sus nacionalidades. Todos estos países que componen la OCDE primero deben aplicar medidas internas, antes de someter a discriminaciones a otros países.
Díganle a sus nacionales que si tienen cuentas bancarias o empresas fuera de su jurisdicción perderán la nacionalidad y verán los resultados. Pero no puedes querer ser el policía del mundo y que el resto de los países sean los recaudadores de tus impuestos, que no los saben cobrar y que además de eso sus políticos se los roban. Solo miren sus deudas Francia, Italia, España etc. y verán que su gasto publico es insostenible y la población no puede seguir financiándolos.
Bien pendejos seremos si teniendo normas sobre retorsión, no las hemos aplicado. Por un lado, por falta de carácter, por el otro lado por funcionarios que solo trabajan en Relaciones Exteriores para cabildear un puesto en Organismos Internacionales, que los retrata de mediocres.
Por el otro lado el gobierno no puede ser el lobista de grandes firmas de abogados, que en todos los gobiernos meten al Canciller, al Ministro de Economía, Canal y negociadores, para mantener sus negocios a costas del Estado. Esas firmas de abogados, que hoy vemos zarandeadas y otras que aún siguen pasando agachadas, nunca las veras en MOP, MIDES o Salud, pues ahora no se hacen negocios.
Así veo las cosas y así las cuento.