«Los promotores y sus proyecciones públicas, así como los vínculos de algunos con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el gobierno estadounidense, tienen la intención manifiesta de promover un cambio de sistema político en Cuba», señala la carta de respuesta a un petitorio para realizar esa marcha publicada en el sitio oficial Cubadebate.
La manifestación anunciada en La Habana, «cuyo esquema organizativo se concibe simultáneo para otros territorios del país, constituye una provocación como parte de la estrategia de cambio del régimen» para Cuba, añade la respuesta que destaca el carácter constitucional e «irrevocable» del sistema socialista cubano.
La misma respuesta se dio tanto en La Habana como en otras seis provincias (Holguín, Cienfuegos, Pinar del Río, Las Tunas, Santa Clara y Guantánamo) donde se solicitó autorización para una manifestación «contra la violencia» y por el «cambio».
La convocatoria para la marcha, lanzada en septiembre, apela al artículo 56 de la nueva Constitución, aprobada en 2019, que reconoce el derecho a manifestación con fines lícitos y pacíficos.
Pero «el ejercicio de los derechos de las personas solo está limitado por los derechos de los demás, la seguridad colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público», refutó la autoridad.
«Manifestarse es un derecho»
La incertidumbre sobre la realización de la marcha se mantiene a la espera de la decisión que tomará la oposición.
Preguntado en La Habana al respecto, el dramaturgo Yunior García dijo que van «a consultar a los miembros de Archipiélago (grupo opositor que organiza la manifestación), vamos a tener una reunión».
«Manifestarse es un derecho, nos dijeron que no van a respetar ese derecho a pesar de que sea un derecho humano y a pesar de que esté en la Constitución, nos han dicho que es ilícita nuestra solicitud», declaró García al salir de una reunión con autoridades.
García, organizador de la manifestación en la capital y líder de Archipiélago, lamentó las acusaciones sobre financiamiento de Estados Unidos. «Siempre cualquier cosa que el cubano haga, van a decir que se le ocurrió a alguien en Washington, es como si no pensáramos, no tenemos cerebro los cubanos». «Cualquier cubano sensato quiere cambio para bien», agregó.
Saily González, organizadora de la manifestación en la provincia de Santa Clara (centro), rechazó el señalamiento de financiamiento desde Estados Unidos, «Es mentira, no hay y nunca va a haber pruebas», dijo.
«Es importante que se sepa que en Cuba el gobierno no le permite a su sociedad civil manifestarse», agregó González en un video difundido en Facebook.
El gobierno cubano, que niega la existencia de presos políticos en Cuba, considera ilegal a la oposición, a la que acusa de financiarse por Washington.
Por su parte, el vocero del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, rechazó la prohibición de la marcha y pidió al gobierno cubano respetar los derechos fundamentales.
«Es la libertad de expresión, es la libertad de reunirse pacíficamente lo que el gobierno cubano le ha negado a su pueblo», dijo Price a periodistas en Washington. «Llamamos al gobierno en La Habana a respetar las libertades fundamentales y los derechos fundamentales del pueblo cubano».
Rechazó que las demandas tengan algo que ver con Washington, sino que obedecen a «aspiraciones insatisfechas del pueblo cubano a la libertad, a la dignidad, a la prosperidad».
Crisis económica
Inicialmente, Archipiélago había convocado a la marcha para el 20 de noviembre, pero el viernes pasado anunció que la adelantaría para el 15 debido a que el gobierno decidió la semana pasada declarar esa misma jornada el «Día Nacional de la Defensa».
«Nosotros no queremos violencia, no queremos que los cubanos se enfrenten y no podíamos lanzar a los manifestantes a enfrentarse con un ejército en la calle que podía reaccionar de forma violenta», dijo García.
Lo «más sensato era adelantar la marcha» al día 15, cuando está previsto que Cuba reabra al turismo internacional. Los visitantes podrán andar por las calles de la isla y los cubanos pueden entonces ejercer sus derechos, añadió.
El antecedente de la marcha está en las inéditas protestas del pasado 11 y 12 de julio en medio centenar de ciudades cubanas, que dejaron un muerto, decenas de heridos y centenares de detenidos.
Estas manifestaciones espontáneas, sin precedentes desde el triunfo de la revolución de 1959, se produjeron al grito de «Tenemos hambre», «Abajo la dictadura» y «Libertad», en el marco de una severa crisis económica, la peor en 30 años.
Desde entonces, varias personalidades disidentes han sido detenidas, como José Daniel Ferrer y Luis Manuel Otero Alcántara, que están encarcelados desde el 11 de julio. Otros opositores como Manuel Cuesta Morua, Guillermo Fariñas y Berta Soler fueron puestos en libertad a las pocas horas de sus arrestos, tras ser advertidos de su convocatoria de manifestación.