La bola de cristal digital

A poco de superada la medianoche del 30 de diciembre de 2019, los sistemas de inteligencia artificial (IA) de la empresa canadiense Blue Dot habían detectado un patrón de 27 casos de una neumonía inusual que se expandía en los alrededores del mercado de Wuhan, en China. El grupo de poderosos algoritmos resaltó dos expresiones que provocaron preocupación inmediata: “neumonía” y “causa desconocida”. A las diez de la mañana del 31 de diciembre, la empresa ya había confeccionado un informe de alerta donde se destacaba la potencial ruta por la que se movería la amenaza y que se cumplió sin fallas, a los pocos días. El poder de la tecnología y su eficacia en el terreno de la salud fueron confirmadas por este hito donde los sistemas informáticos y la ciencia médica se fundieron en una dupla prometedora para prevenir con suficiente antelación los brotes y el desarrollo de cualquier epidemia futura.

Y en ese sentido, con la intención de preparar y proteger mejor al mundo frente a las amenazas globales de enfermedades, este miércoles fue inaugurado el Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias, cuya sede estará ubicada en Berlín. “El mundo ha de poder ser capaz de detectar nuevos eventos potencialmente pandémicos y monitorear las medidas de control de enfermedades en tiempo real para crear una gestión eficaz del riesgo de pandemias y epidemias”, señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud.

Esta iniciativa resulta oportuna en momentos en que la pandemia del Covid-19 ha puesto en evidencia la falta de coordinación y actualización de los distintos centros de datos alrededor del mundo que, a pesar de sumar continuamente una ingente cantidad de información y data, la misma no puede ser compartida fácilmente en una base única y global.

Con una inversión inicial de 100 millones de euros aportados por la República Federal de Alemania, este Centro de Información trabajará en la construcción de muy diversas y amplias alianzas entre muchas disciplinas profesionales y la tecnología de avanzada para vincular los datos, las comunidades y las herramientas que permitan compartir sin demoras toda la información pertinente para enfrentar los eventos sanitarios que puedan constituirse en una amenaza en el futuro.

Una iniciativa muy valiosa, sin duda alguna, y que debe considerarse seriamente por estos lares para llevar nuestros sistemas de salud a estadios de mayor desarrollo y eficiencia; porque el subdesarrollo sanitario que corroe a las naciones del subcontinente, más que a falta de recursos, se debe a un exceso de ineficiencia y al desvío de los recursos.

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