Además, indicó el COI, sólo los participantes plenamente vacunados estarán dispensados de guardar cuarentena y se habilitará una estricta burbuja. Los demás deberán observar 21 días de aislamiento, salvo «justificante de excepción médica».
Estas decisiones, anunciadas por el COI pero tomadas por los organizadores chinos, son una avanzadilla del paquete de medidas que se anunciará en octubre para evitar que estos Juegos de invierno se conviertan en un foco de contagios, una amenaza que ya había perturbado la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio este verano (boreal).
Mientras evoluciona la situación epidémica (marcada por la propagación de variantes de covid-19 y por una vacunación cada vez más extendida), las decisiones difieren de las de Tokio: la puerta cerrada está descartada por el momento y el trato a cada deportista dependerá de su situación respecto a la vacunación.
La «burbuja» olímpica se anuncia más rigurosa que en Japón e impedirá que los deportistas tengan contacto con la población y prevé un test covid-19 periódico para «todos los participantes en los Juegos», así como para «la mano de obra» que resida en China.