La Caja de Seguro Social es, quizás, la institución más importante del país: de ella depende el presente y futuro de la gran mayoría de la masa trabajadora, que le aporta a cambio de atención médica y de las pensiones y jubilaciones a las que tenga derecho cuando llegue el momento.
Sin embargo, tan noble propósito no la ha librado de problemas. A lo largo de toda su historia ha sufrido las secuelas de una descomunal burocracia y los despojos impulsados por la recurrente corrupción que, a todos los niveles, siempre ha estado presente. El escándalo del fraudulento proyecto de viviendas con el que le despojaron de una cifra superior a los cien millones, las pérdidas millonarias en medicinas expiradas, los robos de insumos y aparatos, los pagos por horas que no son trabajadas por personal con compromisos laborales en otras clínicas, el exceso de personal y la ineficiencia manifiesta de un gran porcentaje de esa planilla abultada, son pequeños ejemplos que dejan en claro que la corrupción y los males la acosan desde todos los niveles y en todas las magnitudes imaginables.
Por si no bastara, a todo lo anterior hay que sumar el escándalo de directivos que aceptan viajar patrocinados por personajes de dudosa credibilidad, precisamente al país de origen de empresas interesadas en contratos millonarios con la Caja. Y el de funcionarios de niveles medios y altos que, con o sin licencias de trabajo, forman parte de las juntas directivas de empresas que buscan o hacen negocios con la institución.
Desde ya hace demasiado tiempo se viene anunciando la grave situación y el potencial colapso que enfrenta la institución. Precisamente, se lleva a cabo un diálogo con el afán de encontrar y proponer soluciones para el rosario de calamidades que enfrenta. Sin embargo, mientras se mantenga intacta la trama de corrupción y el desorden administrativo, es poco lo que podrá lograrse en la mesa de negociaciones. Los dueños de la Caja, los obreros que le aportan, no aceptarán apretarse el cinturón mientras el desmadre continúa sin que se le ponga freno.