Los ecos de Tokio

“Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental es más importante en los deportes en este momento”, declaró en tono enfático Simone Biles al anunciar su retiro de la final de gimnasia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Considerada la gimnasta estadounidense más exitosa de los últimos años, ganadora de cuatro preseas de oro y una de bronce en Río 2016, su decisión colocó repentinamente en la primera línea del debate la importancia del bienestar mental.

 

Después de casi 18 meses de pandemia, la incertidumbre y las presiones derivadas de la crisis sanitaria han mantenido bajo acoso el equilibrio emocional, sobre todo de los adolescentes y los jóvenes hasta los treinta años de edad, que son uno de los segmentos poblacionales más afectados según diversos estudios.

 

Por ello no resulta sorprendente que en la encuesta “Impacto de la COVID-19 en la salud mental de los adolescentes y jóvenes” llevada a cabo el 5 de julio de este año, de 365 jóvenes y adolescentes interrogados el 23 por ciento señalara sentirse estresado, mientras que un 15 por ciento dijo sentirse ansioso y otro 12 por ciento se declaró preocupado.

 

Al preguntar sobre la situación que generaba tales sentimientos, de 361 que respondieron el 19 por ciento señaló que por “no poder realizar actividades que hacía antes del COVID-19”; un 18 por ciento apuntó a la situación familiar y el 12 por ciento dijo que por la pandemia del COVID-19.

 

También, el 57 por ciento señaló que sintió la necesidad de pedir ayuda con relación al cuidado de su bienestar emocional.

 

Publicada en la plataforma U-Report, que promueve la participación ciudadana de adolescentes y jóvenes, y con la participación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otras tres organizaciones nacionales, la encuesta deja en claro que nuestros adolescentes y jóvenes, a pesar de las circunstancias, no se dejan abatir definitivamente, A la pregunta “cómo percibes tu futuro”, el 42 por ciento respondió que “exitoso”, mientras que el 20 por ciento dijo que “esperanzador” y un 22 por ciento contestó que “incierto”.

 

Simone Biles encarna las inquietudes presentes de la juventud alrededor del mundo, sobre todo a la de nuestra región latinoamericana, donde el golpe sanitario y económico de la pandemia ha sido demoledor. Los gobiernos del área están obligados a formular y llevar a cabo, con carácter de urgencia, una estrategia de atención psicológica donde se conjuguen los recursos y los profesionales que nuestros jóvenes necesitan para velar por su equilibrio emocional. Volverles la espalda y mirar hacia otro lado resultaría nefasto.

 

 

 

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