Mientras una tercera ola de contagios amenaza a Europa, casi una veintena de países han suspendido la aplicación de la vacuna de AstraZeneca.

La semana pasada fueron detectados en Austria dos casos graves de formación de coágulos sanguíneos: una de las personas falleció 10 días después de ser inoculada, la otra fue hospitalizada a causa de una embolia pulmonar.

En Dinamarca, por su parte, otro grave caso de trombos presentado luego que la persona recibiera la vacuna culminó con la muerte de la misma. Aunque no se ha demostrado ningún tipo de vinculación del evento con el medicamento, el gobierno decidió suspender durante 14 días la aplicación del mismo como medida precautoria mientras se llevan a cabo las investigaciones correspondientes.

Y aunque la Organización Mundial de la Salud, la Agencia Europea de Medicamentos y la farmacéutica han expresado que no hay relación entre la vacuna y las muertes surgidas por coágulos sanguíneos, la reacción en cadena no se ha hecho esperar.

Dinamarca, Noruega, Islandia, Bulgaria, Irlanda, Alemania, Francia, Italia y España, entre otros, suspendieron la aplicación de la vacuna de AstraZeneca en sus territorios: “Hasta que la Agencia Europea de Medicamentos pueda evaluar los riesgos”, en palabras de la ministra de salud de España, Carolina Darias.

La decisión de suspender el medicamento no resulta fácil al tomarse en cuenta los resultados obtenidos hasta el momento. Por ejemplo, en Inglaterra, el país europeo más golpeado por la pandemia, sólo con la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca se ha logrado reducir el riesgo de hospitalización en un 80 por ciento en personas mayores de 80 años.

Con 2.6 millones de fallecidos a nivel global, más de 120.5 millones de personas infectadas y bajo la persistente amenaza de nuevas variantes, algunas más contagiosas y mortales, necesitamos más que nunca algo de certeza en medio de tan lamentable situación. La prudencia impone esperar los estudios de los casos que provocaron las suspensiones: son demasiadas muertes ya para pretender jugar a la ruleta rusa en un tema tan crucial.