Los retos de Javier Caraballo son muchos. Ayer asumió el cargo como Procurador encargado del Ministerio Público, aún en medio de la sorpresa por la repentina renuncia de Eduardo Ulloa.
Caraballo debe enfrentar ahora el tema que se ha convertido en una exigencia pública cada vez más insistente. El caso de abuso de menores en varios albergues a cargo del Estado es hoy una deuda de la justicia para los niños que fueron ultrajados pero además, para una sociedad que exige un alto a la impunidad, cero corrupción y transparencia donde la investigación y el castigo a los culpables sea ejemplar.
«Ha tomado posesión del cargo como encargado de la Procuraduría General de la Nación, el Lcdo. Javier E. Caraballo, hasta tanto el Consejo de Gabinete acuerde, conforme al numeral 2 del artículo 200 de la Constitución, designar al nuevo Procurador General de la Nación titular», manifestó ayer el presidente de la República Laurentino Cortizo.
Caraballo por su parte señaló que trabajará para agilizar los procesos, investigar los casos de alto perfil y los que resulten responsables serán llevados ante la justicia.
Después de tomar su cargo oficialmente como Procurador, Caraballo se reunió con los fiscales donde trataron entre otros temas, las investigaciones del Caso Odebrecht.
En cuanto al caso del abuso de menores, Caraballo detalló que supervisará y garantizará una investigación objetiva, eficiente, transparente y exahustiva.
No importa la condición política, religiosa o económica de las personas, si se comprueba que son responsables en estos casos, serán llevados a la justicia, resaltó Caraballo.
El Procurador encargado expresó que solo tiene compromiso con la Constitución de la República de Panamá y no responde a ningún grupo político, religioso o económico.
La entrada de Caraballo como jefe del Ministerio Público se da en medio de denuncias y del descontento de la población ante lo que llaman una evidente crisis en la justicia panameña.