Un puente roto

A finales del 2020 se anunció que aproximadamente 46 mil estudiantes, sin medios para acceder a las clases virtuales, habían salido del sistema educativo a consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus.

Luego de una minuciosa revisión de su data disponible, el Ministerio de Educación (MEDUCA) concluye que la cifra real es de 9 mil 129 estudiantes.

Al respecto, un dirigente magisterial, a pesar de advertir que el gremio no cuenta con las herramientas para el manejo de los datos estadísticos, asevera luego que más de 40 mil jóvenes no pudieron acceder a la educación el año pasado. La cifra la obtuvieron- según declara- a partir de la información y las listas que manejan los docentes y los grupos magisteriales del país.

Pero, para la nación es una tragedia y una vergüenza ya sean 40 mil, 9 mil 129, o un solo estudiante el que se vea privado de recibir educación.

En una encuesta publicada en enero de este año en la que se entrevistó a mil 199 personas, quedó en evidencia que los problemas que preocupan al panameño son: la corrupción (46.6%), la desigualdad (24.5%) y, en tercer lugar, la educación (13.2%).

Tomando en cuenta todos los hechos acerca de la tragedia educativa vivida en 2020, la pregunta que se impone es: ¿tiene el MEDUCA una estrategia para no volver a repetir tan lamentable experiencia en el nuevo año lectivo? ¿Cuentan las autoridades educativas con algún plan definido que facilite la conexión a esta nueva modalidad escolar?

Todos esos estudiantes desarraigados del sistema requieren de un medio para conectarse ya sea un celular, una tableta digital o una pc; necesitan además contar con una conexión a internet y, un número considerable-cuyos hogares atraviesan una situación económica difícil debido a la pandemia- necesita que se les provea de tarjetas telefónicas para reinsertarse en las clases online. ¿Existe la intención de brindar respuestas en cuanto a esos tres puntos?

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) uno de los aspectos más golpeados por la pandemia a nivel global es la educación. Y en ese renglón somos el tercer país con las afectaciones más severas: sólo superados por El Salvador e Iraq.

No muy honrosa esta distinción, por cierto…

 

 

 

 

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