“Una vacuna por sí sola no acabará con el COVID-19”, dijo hoy, Tedros Adhanamon Ghebreyesus, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el marco de la sesión virtual del consejo ejecutivo del organismo.
“Desde el comienzo de la pandemia, sabíamos que una vacuna sería esencial para controlar la pandemia. Pero es importante enfatizar que una vacuna complementará las otras herramientas que tenemos, no las reemplazará”, expresó.
La semana pasada, la farmacéutica Pfizer, anunció con base a datos preliminares, que su vacuna desarrollada con la plataforma ARN mensajero, había probado ser 90% eficaz en contra del COVID-19.
Una información que disparó el optimismo en el mundo, a pesar de que la cautela también sobrevino al surgir preguntas que aún no tienen respuestas. Una de estas es, el tiempo en que el cuerpo tiene inmunidad para evitar el contagio. La vacuna previene el contagio, no cura la enfermedad.
La vigilancia debe continuar incluso con una vacuna
Tedros, recordó también que el suministro inicial de vacunas será limitado.
Se dará prioridad a los trabajadores de la salud, las personas mayores y poblaciones en riesgo.
“Con suerte, eso reducirá el número de muertes y permitirá que los sistemas de salud estén en condiciones”, dijo.
Sin embargo, como advirtió “el virus aún tendrá mucho espacio para moverse”.
Tedros, reiteró la importancia de mantener la vigilancia.
Probar, aislar y cuidar el número de casos, ofrecer tratamiento y cuarentena a contactos, integrar a las comunidades, y animar a las personas a tener cuidado.
La iniciativa de la OMS para el desarrollo de una vacuna superó los 5.000 millones de dólares con las nuevas contribuciones del Foro de Paris, España, la República de Corea, la Comisión Europea y la Fundación Bill Gates, anunció el organismo.
La Asamblea General de Salud, en su sesión que culminó, declaró el 2021 el año del trabajador de la salud.