Educación para todos II

En Roma volvemos a encontrarnos la humanitas, el concepto precursor de nuestras ‘humanidades’. Un compendio de saberes filosóficos, literarios retóricos e históricos que aunados con el desarrollo de la disciplina atlética, formaban el cuerpo y la mente.

Cicerón nos lo describe como la cultura propia del hombre libre. Conocer las disciplinas que englobaban la humanitas llegó a indicar a un hombre verdaderamente humano a diferencia de los bárbaros, que eran poco menos que bestias. El individuo que ha sido educado en la humanitas es el hombre político, entrenado y formado para imbricarse en la sociedad y ser provechoso al Estado.

Este concepto de Humanismo fue rescatado en el Renacimiento europeo y ha sido rehabilitado una y otra vez por movimientos que priman la aristocratización de la alta cultura oponiéndola, como ya hemos visto hasta ahora, a las habilidades prácticas de la vida diaria y a los oficios manuales.

Esta diferenciación que aún hoy observamos, cuando se critica un sistema educativo que no provee la misma educación para todos, no es privativa de Grecia y Roma, o de Europa.

En la división de castas hindú, que se formó circa 2000 a. C. y que aún se mantiene hoy en día, los brahmanes están en el vértice de la pirámide social,. Más abajo están los guerreros, luego la masa de los artesanos, comerciantes y campesinos, y en la base, los sudras o siervos. Los sudras y los parias están en los márgenes de la sociedad, excluidos, y los parias son intocables.

La educación hinduista está basada en las enseñanzas de los gurús, y a ellos solo puedes acceder los miembros de la clase brahmánica, de la de los guerreros y los comerciantes artesanos y campesinos. Las clases inferiores no tienen derecho a la educación. Se estudian los Vedas, los textos sagrados y además el canon de los smriti, astronomía, gramática, matemáticas, historia y derecho.

Aún hoy se mantienen el criterio de autoridad. Todo lo que dice el gurú es casa palabra sagrada y el discípulo no puedo cuestionarlo ni contradecirlo. Las niñas pueden asistir a ala escuela, ero mientras a los niños se les inculca obediencia y respeto a los padres y la piedad a los dioses; a la mujer se le enseña a someterse a su esposo y a la familia del esposo, sobre todo a la suegra. Debe aprender a llevar el hogar a la perfección siendo fiel, obediente y resignada.

Confucio vive en el siglo VI a. C. divide la historia educativa de China en dos, era uno de los Letrados, un escuela de pensamiento que se extendió en los siglos VII al III a.C. y que alentaba la burocracia estatal y un orden social y moral rígido basado en la autoridad y la jerarquía. La educación que promueven es conservadora y ritual, con un respeto absoluto por los mayores y la autoridad del junzi, el maestro es un hombre que debe diferenciarse de la plebe, aunque siempre debe tratar al ignorante con cortesía y comprensión. La educación en China tradicional se basa en el li, que son las normas para controlar las pasiones y regular la convivencia y el orden. La moral es fundamental en la formación china, el respeto a los mayores y el acatamiento absoluto a los deberes.

En el judaísmo la educación al igual que los ritos principales se dan en el seno familiar. La escuela formal apareció tardíamente, las Casas del libro las dirigían los sofer y los niños solían entrar entre los seis y los diez años. La educación se basaba en lo que la educación moderna rechaza, la repetición y la revisión. Se insiste en transmitir la herencia histórica, en que el niño aprendiera la Torá y los Salmos, además de las reglas de adoración a Dios. Las niñas no estaban apartadas de la educación, y no solo se les enseñaba la labores hogareñas y administración, sino también a leer y a escribir y las Sagradas Escrituras. Además de la Casa del libro los interesados en continuar sus estudios o los que desearan convertirse en rabinos, podían continuar la educación superior en la Casa de la investigación.

 

 

Comparte esta Noticia
Escribir Comentario