El informe LEO 2020, revela que las microempresas se han visto especialmente afectadas por el impacto de la pandemia de la COVID-19: es probable que 2.7 millones de ellas cierren, lo que implica la pérdida de 8.5 millones de puestos de trabajo. Al entrar en esta crisis, el 40% de los trabajadores en las economías de ALC no tenían acceso a ninguna forma de protección social y el 60% trabaja de manera informal.
El informe LEO presentado hoy, es una publicación anual conjunta, producida por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Comisión Europea.
La transformación digital puede ayudar a la región de América Latina y el Caribe (ALC) a recuperarse más rápido de la crisis de COVID-19, según la publicación Perspectivas económicas de América Latina (LEO, por sus siglas en inglés) 2020: Transformación digital para una mejor reconstrucción.
“El LEO 2020 es un informe muy oportuno. Ayudará a fomentar el diálogo en los países de ALC y con la comunidad internacional sobre cómo podemos aprovechar al máximo la transformación digital en el contexto actual de crisis de COVID-19”, expresó, Iván Duque Márquez, presidente de Colombia, quien participó como panelista junto con Carlos Alvarado Quesada , presidente de Costa Rica, Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, y Luis Carranza , presidente ejecutivo, CAF – Banco de Desarrollo de América Latina
El informe LEO 2020 documenta el dramático impacto de la pandemia en los más vulnerables y marginados.
“Esperamos que más de 45 millones de personas adicionales caigan en la pobreza. La crisis socioeconómica hace que un nuevo modelo de desarrollo sea más urgente que nunca. La digitalización podría ser una herramienta poderosa para superar los desafíos estructurales de la región, solo si se considera como una vía integral para impulsar un cambio estructural progresivo, a través de políticas de generación de nuevos sectores, empleos de calidad, desarrollo de capacidades e innovación”, dijo Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
“La crisis ha creado las oportunidades para avanzar en las reformas necesarias que pueden ayudar a difundir los beneficios de la transformación digital para lograr un crecimiento incluyente y sostenible. También destaca la urgente necesidad de cerrar las brechas digitales entre territorios, familias, estudiantes, trabajadores y empresas”, dijo Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.
Según el LEO 2020, la crisis está exacerbando una serie de desafíos estructurales interrelacionados, que incluyen una alta desigualdad e informalidad, baja productividad y servicios e instituciones públicos deficientes.
La buena noticia es que la transformación digital puede ayudar a las economías de ALC a salir de la crisis estimulando la innovación empresarial y nuevos modelos de consumo, transformando los sistemas de producción y las cadenas de valor, reorganizando los sectores económicos e introduciendo nuevas condiciones de competitividad. Las herramientas digitales también pueden contribuir a un mejor acceso a los servicios públicos, incluida la salud y la educación. Por último, pueden ayudar a mejorar la gobernanza, situando los ciudadanos en el centro de las políticas públicas.
Como señaló la Comisaria de la Unión Europea para Alianzas Internacionales, Jutta Urpilainen, “La transformación digital presenta a la UE y América Latina y el Caribe una oportunidad para idear juntos soluciones innovadoras y abordar desafíos estructurales. Una oportunidad también para abordar las desigualdades desde ya. El mercado único digital de la Unión Europea es un ejemplo de cómo la integración digital puede centrarse en incluir a los ciudadanos y apoyar a las empresas. Pero no debemos olvidar que, para beneficiarnos, el acceso es imprescindible”.
“La transformación digital ofrece una oportunidad única para impulsar la productividad y brindar mejores servicios públicos en América Latina y el Caribe. Con Covid-19, la región ha acelerado sus procesos digitales, pero aún queda un largo camino para cerrar la brecha con las economías avanzadas”, agregó Luis Carranza, presidente de CAF.
Sin embargo, el informe advierte de un camino difícil por delante. El acceso a Internet, en particular, está lejos de ser universal: en 2018, el 68% de la población de ALC lo usó regularmente, casi el doble de la proporción en 2010, pero muy por debajo del promedio de la OCDE de 84%.
Además, mientras que el 75% de la población más rica de América Latina usa Internet, solo el 37% de la población más pobre lo hace. La diferencia entre ricos y pobres es mucho mayor (casi 40 puntos porcentuales) en ALC que en los países de la OCDE (menos de 25 puntos porcentuales).
La transformación digital viene con grandes desafíos, con más del 20% de los trabajos en algunos países que probablemente se sometan a algún tipo de automatización. Por lo tanto, la región necesita nuevas inversiones masivas en educación y capacitación para equipar a los trabajadores con las habilidades digitales necesarias.
El informe también destaca que para aprovechar al máximo la transformación digital a nivel local, nacional e internacional, es necesario renovar las alianzas internacionales. Por ejemplo, gravar la economía digitalizada de manera eficaz y justa, requiere una sólida cooperación internacional. De manera similar, a través de una cooperación regional más efectiva, los países de ALC podrían fortalecer sus capacidades digitales nacionales.