Antes de finalizar los ensayos clínicos una empresa de la India inició la producción de la más prometedora de las vacunas: la de la Universidad de Oxford asociada con la biofarmecéutica AstraZeneca.
La orden está dada y Serum Institute de la India, ha invertido $450 millones para tener listas dos millones de vacunas a finales de agosto a un ritmo de producción de 500 dosis por minuto.
“Esperamos fabricar de dos a tres millones de dosis para fines de agosto, a la espera de ciertas licencias y aprobaciones del gobierno”, afirmó este lunes Suresh Jadhav, director ejecutivo de la empresa, al diario The Hindu.
Serum, la productora de vacunas más grande del mundo, es controlada por una pequeña y muy rica de la India, que está recibiendo presiones de muchos gobiernos del planeta para que los incluyan en la lista de futuros clientes.
«Tuve que explicar a cada uno que no puedo darles las dosis así como así», comentó Adar Poonawalla, el heredero de Serum, de acuerdo con un artículo publicado este sábado por The New York Times.
Poonawalla, de 39 años y cuya fortuna personal de estima en $5,000 millones, concretó en abril un acuerdo con Oxford-AstraZeneca para producir la vacuna AZD1222 una vez se obtuvieran resultados positivos. Aseguró que tiene entre un 70 y 80% de certeza sobre la efectividad de ese antiviral.
Los resultados de los ensayos de la vacuna diseñada por Oxford-AstraZeneca, con financiamiento de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, mostraron que activaba niveles de anticuerpos similares a los observados en pacientes que tuvieron el covid-19 y se recuperaron.
El Times explicó que producir una vacuna lleva mucho tiempo porque los cultivos vivos necesitan semanas para crecer dentro de los biorreactores y cada recipiente debe limpiarse, llenarse, taparse, sellarse y envasarse cuidadosamente, como parte de un proceso complejo.
Al comenzar la producción antes de que se terminen los ensayos clínicos, las farmacéuticas garantizarían la disponibilidad rápida de las dosis una vez que las autoridades sanitarias las aprueben. Pero claro, para que esto suceda, antes la vacuna tiene que funcionar.
Gobierno controla exportaciones
Poonawalla, anunció que en la primera etapa la mitad de la producción de su planta se quedará en la India. El 50% para su país y el 50% para el resto del mundo. Eso se debe a que el gobierno de Nueva Delhi, una nación de 1,300 millones de personas, donde la pandemia ha infectado a más de 1.7 millones y causado la muerte a otros 37,000, tiene bloqueada la exportación de medicamentos que ayudan a tratar el coronavirus.
A diferencia de otras empresas farmacéuticas que firmaron contratos con investigadores de diferentes institutos para producir vacunas, Serum tiene una ventaja: está comandada por una sola familia, lo que hace de la gestión algo más simple. Son pocos los que toman las decisiones y por ello lo hacen de manera rápida.
La empresa es capaz de producir 1,500 millones de dosis de vacunas anualmente entre las que destacan la que previene el tétano, tuberculosis, hepatitis, polio y gripe, además de antídotos para mordeduras de serpientes.
Hace más de 50 años el Serum Institute, era un haras de caballos de pura sangre. Un día Cyrus Poonawalla, el padre del clan, se dio cuenta de que en lugar de donar caballos a un laboratorio que necesitaba su suero para producir vacunas, podía inyectar a sus animales pequeñas cantidades de toxinas. Luego extraería ese suero, rico en anticuerpos, y después lo procesaría para producir sus propias vacunas.
Pune, la sede de la farmacéutica, que opera con 500 empleados, está ubicada en el estado occidental de Maharashtra, donde la familia Poonawalla construyó un imperio a base de mano de obra barata y tecnología avanzada. Sus contratos son con la OMS, la Unicef, la OPS y docenas de países en todo el mundo. Se estima que la mitad de los niños del planeta han sido vacunados con los productos de Serum.
Danza de millones
Cuando están a punto de salir de los laboratorios distintas vacunas contra el covid-19, también están surgiendo los precios.
El binomio británico alemán, Oxford-AstraZeneca, firmá un acuerdo para entregar la vacuna a Alemania, Italia, Francia y los Países Bajos a $8 las dos dosis que contiene el tratamiento, según cálculos de Geoffrey Porges, un analista farmacéutico y biotecnológico de SVB Leerink, citado por el diario catalán La Vanguardia. La administración estadunidense dio $1,200 millones a AstraZeneca como respaldo para la producción de la vacuna.
Otras biofarmacéuticas como la estadunidense Pfizer y la alemana BioNTech firmaron la semana pasada un acuerdo con Washington para venderle las dos inyecciones de la vacuna a $39 por un total de $1,950 millones.
Pfizer y BioNTech acordaron el viernes suministrar 120 millones de dosis de su vacuna a Japón en el primer semestre de 2021.
La compañía biofarmacéutica estadunidense Moderna Inc., que está en una etapa avanzada de pruebas, anunció que las dos inyecciones de su vacuna costará unos $55, el precio más elevado que otros laboratorios, según informe el londinenses The Financial Times.
La prioridad de la compañía con sede en Boston, cuyas acciones se dispararon en los últimos días un 325%, es lucrar con Estados Unidos y otros países de altos ingresos. “No lo venderemos al costo”, zanjó Stephen Hoge, presidente de Moderna Inc. Capitalismo neto.
La vacuna de Moderna mostró signos tempranos de efectividad y se convirtió en la primera en Estados Unidos en participar en ensayos clínicos. Washington ha invertido $1,000 millones en el desarrollo de esa vacuna y la empresa ha captado otros $4,000 millones de accionistas e inversores.
Por otro lado, Washington entregó $2.1 millones a la francesa Sanofi y la estadunidense británica GlaxoSmithKline, para el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus y asegurarse 100 millones de dosis cuando se superen los ensayos clínicos. A largo plazo, Estados Unidos tendrá la opción de recibir otras 500 millones de dosis de esa vacuna.
Sanofi y GlaxoSmithKline, dos de los mayores fabricantes de vacunas del mundo, firmaron un compromiso similar la semana pasada con el gobierno de Reino Unido.
La Unión Europea en conjunto, por otro lado, llegó a un acuerdo con Sanofi y GlaxoSmithKline para garantizar la compra de 300 millones de dosis de la vacuna contra el covid-19 que está en desarrollo.
Las vacunas de Rusia
Rusia anunció la semana pasada que la vacuna que produce el Instituto Gamaleya de Moscú junto con el Ministerio de Defensa, comenzará a ser probada el 10 de agosto en trabajadores médicos de primera línea.
El régimen ruso aseguró a finales del 2020 tendrá la capacidad deproducir cada mes centenares de miles de dosis de esa vacuna contra el nuevo coronavirus que no está avalada por la OMS y ha sido cuestionada por investigadores internacionales.
La cadena estadounidense CNN informó que ese anuncio ha sido criticado porque el régimen ruso ha presionado a los científicos para que el Kremlin se apunte un triunfo sobre Washington. No se han publicado datos y se desconoce la seguridad y la eficacia de esa vacuna.
El Centro estatal de investigación Vektor, en Siberia, trabaja en otra vacuna, cuyas primeras dosis deberían estar listas a partir de octubre.
Los detalles del proyecto del laboratorio Gamaleia no fueron publicados, por lo que la OMS no puede certificar su eficacia.
Rusia es el cuarto país en el mundo más afectado por la pandemia, por detrás de Estados Unidos, Brasil e India, y desde abril expresó su voluntad de ser el primero, en desarrollar la vacuna del covid-19.
Las vacunas de China
El régimen comunista de China tiene tres vacunas en la fase más avanzadas de pruebas. Se trata de la Sinovac Biotech, en asociación con el Instituto Butantan en Sao Paulo, Brasil.
Los resultados preliminares de las primeras fases mostraron que no hubo efectos adversos serios y además se mostró un buen perfil de seguridad. Sinovac además está construyendo una planta comercial para vacunas en China que espera producir hasta 100 millones de dosis de CoronaVac al año.
El Instituto de Productos Biológicos de Wuhan –ciudad donde se originó la pandemia y que fue ocultada por dos meses por los comunistas chinos causando en la actualidad más de 18 millones de infectados y 690,000 muertos en todo el mundo- afiliado a la empresa China National Biotechnology Group, y el Grupo Farmacéutico Nacional de China (Sinopharm), trabajan en conjunto con la Academia de Ciencias de China para desarrollar la vacuna. Se desarrolla en asociación con los Emiratos Arabes Unidos.
Sinopharm también prueba otra versión de su vacuna desarrollada en el Instituto de Productos Biológicos de Beijing. Junto con el taller construido por el Instituto de Productos Biológicos de Beijing, la capacidad de producción anual de esa vacuna superará las 200 millones de dosis.
Anthony Fauci, con 36 años al frente del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, dijo que es poco probable que su país utilice una vacuna desarrollada por China o Rusia porque los sistemas reguladores son más opacos que en Occidente.
«Espero que los chinos y rusos realmente estén probando la vacuna antes de administrársela a alguien», dijo este viernes en una audiencia en el Congreso estadunidense.
«Las afirmaciones de que tienen una vacuna lista para distribuir antes de hacer las pruebas son, cuanto menos, problemáticas», añadió Fauci, uno de los expertos más reputados a nivel mundial en temas epidemiológicos, premiado 45 doctorados honorarios a lo largo de su carrera.