Los países del continente africano libran una decisiva batalla contra la pandemia por COVID19 que en las últimas semanas se ha acelerado y ya ha provocado la muerte de 25,995 personas.
En una región donde los problemas en los sistemas de salud son crónicos, el virus ya ha contagiado a 1.2 millones de personas, la mitad de estos casos confirmados se encuentran en Sudáfrica, que con 592,000 casos es el país más afectado de África y el quinto más afectado del mundo.
Sudáfrica es también la nación con la mayor cantidad de defunciones reportadas por la enfermedad del nuevo coronavirus. Con 12,264 fallecidos acumula casi el 50% de las muertes en el continente africano.
La comunidad internacional ve con preocupación como los casos en África aumetan cada vez más rápido lo que podría ocasionar terribles sucesos en algunos países donde además de los problemas en temas de salud, la situaciones de guerra, derechos humanos y pobreza extrema complican más la forma de vida de sus pobladores.
Egipto es el segundo país con más casos confirmados por COVID19 con 96,753 contagiados y 5,184 defunciones, en la tabla de más casos de tercero está Nigeria que acumula un total de 50,000 casos con alrededor de 1,000 defunciones. Marruecos tiene hasta el momento 44,803 casos y 714 fallecidos mientras que Gana acumula 42,993 casos y 248 muertes a causa del virus.
Otros tres países de África han superado los 30,000 contagios, Argelia tiene hasta la fecha 39,444 casos, Etiopía 32,722 y Kenia contabiliza 30,636 casos confirmados de la enfermedad por el nuevo coronavirus.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Africa ha informado que hasta la fecha en África se han recuperado un total de 846,330 personas, mientras que la región de África del Sur es el área más afectada por la COVID19, seguida por las regiones de África del Norte y África Occidental.
La mayoría de los países africanos continúan con restricciones de movilización y tienen paralizados varios sectores de sus economías para luchar contra la propagación del virus y evitar que la situación se agrave. Una lucha tenaz en una región en donde faltan más pruebas para detectar el virus y los hospitales no tienen la capacidad para atender a grandes cantidades de personas, pues no hay ni infraestructuras y menos insumos médicos.