La Conferencia Episcopal de Panamá (CEP), manifestó su “indignación” y se solidarizó con la iglesia Católica nicaragüense tras el atentado con un artefacto explosivo que sufrió la Catedral Metropolitana de Nicaragua, que destruyó la imagen del cristo crucificado que estaba dentro del templo.
Este viernes 31 de julio, un hombre ingresó a la capilla de la Catedral Metropolitana de Managua y lanzó un artefacto explosivo que, en pocos minutos, incendió la imagen del cristo crucificado y todo a su alrededor. La Sangre de Cristo, con más de 300 años de antigüedad, quedó chamuscada y los fieles que, a esa hora estaban rezando, relataron que el sujeto, aún sin identificar, huyó de inmediato.
Los prelados panameños emitieron este comunicado luego de conocer de los actos vandálicos y sacrílegos fruto de un atentado perpetrado de manera “malévola” en la Catedral Metropolitana de Managua, Nicaragua, que ha profanado el lugar Sagrado donde Jesús Eucaristía está presente a través de las formas consagradas y la imagen tan venerada de la Sangre de Cristo.
Ante este suceso, el comité permanente de la CEP, precisó a través de un comunicado, que esta acción “nos causa un profundo dolor e indignación al ver cómo se ha herido la sensibilidad religiosa del pueblo nicaragüense ante tal destrucción producto de una bomba que quemó la capilla de la Catedral Metropolitana de Managua”.
Los obispos panameños expresaron su solidaridad con su hermano en el episcopado Cardenal Leopoldo Brenes Solorzano, con la Conferencia Episcopal de Nicaragua, sus sacerdotes, la vida consagrada y el pueblo nicaragüense, ante lo que calificaron como una “acción criminal”.
Otros atentados contra iglesia nicaragüense
La quema de la capilla de la Sangre de Cristo registrada este viernes en Managua es la tercera profanación sufrida por templos católicos en las últimas dos semanas. El pasado 25 de julio, el padre Edwin Román denunció que la capilla Nuestra Señora del Perpetuo del Socorro en la ciudad de Nindirí, al sur de la capital, fue atacada por unos sujetos que quebraron imágenes, bancas, el sagrario y se robaron objetos litúrgicos de valor como el copón del vino de consagrar. Días antes, en el mismo departamento de Masaya, la parroquia de Nuestro Señor de Veracruz fue asaltada.
Estos ataques vienen suscitándose hace aproximadamente dos años en Nicaragua. En noviembre de 2019, simpatizantes del gobierno del presidente Daniel Ortega y su vicepresidenta, Rosario Murillo ingresaron y tomaron la iglesia para impedir que las madres de los presos políticos realizaran una huelga de hambre. La turba sandinista secuestró a las mujeres y golpeó al vicario de catedral, el padre Rodolfo López, quien intentó expulsarlos. En marzo de 2020, las mismas huestes se agolparon en la catedral para boicotear la misa de cuerpo presente del poeta y figura cumbre de la teología de la liberación, el padre .
(Con información de medios internacionales)