El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, se ha desmarcado este miércoles del presidente, Donald Trump, al rechazar el despliegue del Ejército sin el visto bueno de los Estados para contener la violencia generada tras la ola de protestas contra el racismo.
“No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección”, ha dicho en declaraciones a la prensa, “estas medidas solo deberían utilizarse como último recurso y en las situaciones más urgentes y extremas. No estamos en una de esas situaciones ahora”, afirmó Esper.
Las declaraciones de Esper, surgen luego de las advertencias hechas por el presidente Trump, de recurrir al Ejército para frenar el vandalismo si los gobernadores de los Estados, competentes en esta materia, no lo logran con sus propias fuerzas policiales y con el despliegue de la Guardia Nacional.
La noche de este martes, por octavo día consecutivo continuaron las protestas en las grandes ciudades de Estados Unidos, ignorando el toque de queda decretado en algunas de las ciudades más importantes y desafiando el despliegue militar ordenado por el presidente, Donald Trump.
Frente a la Casa Blanca, donde el lunes las fuerzas de seguridad habían disuelto con gas lacrimógeno una concentración pacífica, el número de ciudadanos movilizados se disparó respecto a las jornadas anteriores; Los Ángeles vivió también su manifestación más multitudinaria de esta crisis y, en Nueva York, pese al mayor despliegue policial, prosiguieron los saqueos, aunque con menos virulencia. También salieron a la calle los vecinos de Houston, de Orlando, de Florida y de Filadelfia. La ola de protestas contra el racismo desatada a raíz de un caso de brutalidad policial evidenciada tras la muerte del afrodescendiente George Floyd, bajo custodia de la policía, prosiguió un día más, y, en el caso de Washington, con más fuerza, aunque se atenuó en vandalismo.
En la ciudad de Nueva York, cientos de personas permanecieron en el puente de Brooklyn hasta altas horas de la noche después de marchar desde el lado de Brooklyn para encontrar su camino hacia Manhattan bloqueado por la policía.
Manifestantes que se mantuvieron por más de seis horas marchando llegaron hasta el edificio Trump, localizado en la Quinta Avenida, donde miembros del servicio secreto así como de la unidad de antiterrorismo se encontraban alineados en una zona que está acordonada. Otro grupo marchó y llegó hasta la mansión del alcalde, Bill De Blasio.
Algunos intentos de acciones violentas durante las manifestaciones del martes en la noche, fueron persuadidas por organizadores, que a su vez pidieron una y otra vez a los presentes que se registrarán para votar.
(Con información de medios internacionales)