Nube Godzilla con partículas de polvo del Sahara llega a Panamá

NOOA

El Océano Atlántico ha vuelto a ser invadido por una enorme nube de aire caliente y partículas de arena del desierto del Sahara.

Desde hace dos semanas los satélites han estado siguiendo el desplazamiento de esa masa de cinco kilómetros de espesor del tamaño de todo el territorio de Canadá y Estados Unidos juntos, que transporta cientos de millones de toneladas de partículas de arena sahariana a una altura alrededor de dos kilómetros sobre la superficie. Las imágenes satelitales muestran una nube marrón de 3,000 kilómetros de extensión.

La nube de partículas Godzilla, como la han denominado los científicos, es impulsada por los vientos alisios  y viaja unos 10,000 kilómetros a través del Atlántico hasta las costas de América, enturbiando una vasta zona desde el norte de Sudamérica, pasando por el Caribe, México y el sur de Estados Unidos.

La nube de particular de arena procede de la parte oeste del Sahara que pertenece a Marruecos. El Sahara, el mayor desierto calido del mundo con 9.4 millones de kilómetros cuadrados una superficie similar a la de Estados Unidos- atraviesa 10 países  de África desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, y una de las regiones más áridas del planeta.

 Leve impacto en Panamá

En el caso de Panamá, donde la masa de partículas de arena sahariana tuvo una leve incidencia el martes, el evento se produce en el contexto de la pandemia de coronavirus que afecta a la región. Las autoridades sanitarias alertaron sobre el riesgo extra que supone para personas con alergias y problemas respiratorios. Además aquellas que se han contagiado con la covid-19 deben extremar las precauciones para no agravar sus condiciones de salud.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el peligro que genera el polvo sahariano radica en el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas.

Además de Panamá, Antigua, Barbados, Cuba, Honduras, Jamaica, México, Puerto Rico, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Venezuela, entre otros países, se han sumado a la alerta por la nube de polvo, tomando las precauciones necesarias para evitar problemas de salud.

El fenómeno ocurre cada año. Lo particular de este nuevo evento es que la actual nube tiene las concentraciones más altas de partículas de arena –100 microgramos por metro cúbico- observadas en la región en el último medio siglo.

Tradicionalmente, la actividad de la capa de aire sahariana aumenta a mediados de junio, alcanza su punto máximo desde finales de junio hasta mediados de agosto y luego comienza a disminuir.

 Efectos el fenómeno

Además de los efectos sobre la salud, por sus efectos sobre la calidad del aire, la nube sahariana es tan densa que reduce la  visibilidad en apenas de ocho kilómetros lo que afecta la navegación marítima y la aeronavegación. Genera cielos brumosos donde no se ve el cielo azul, claro, sino esa especie de bruma que permanece durante varios días.

Sin embargo, usuarios de las redes sociales en el Caribe han compartido algunas imágenes de paisajes cambiados por la nube o de uno de los espectáculos más interesantes que produce: intensos colores en los amaneceres y atardeceres.

Los científicos aseguran que como todo fenómeno de la naturaleza, las nubes de partículas de arena del Sahara contribuyen en diversas formas a los ciclos naturales del planeta.

Un informe de la cadena británica BBC Mundo concluyó que, cuando la corriente  cálida de la nube de polvo se eleva por encima del aire relativamente más frío y denso, contribuye a estabilizar la atmósfera y a regular las temperaturas del planeta.

Los minerales de fosfato y nitrógeno contenidos en el polvo también reponen los nutrientes en los suelos de las zonas tropicales, principalmente en el Amazonas, afectadas por las tradicionales lluvias de la región. Además las particular de arena ayudan a construir playas en el Caribe. 

Algunos de los químicos que contiene benefician la vida en los océanos, aunque expertos han alertado de que residuos  tóxicos también pueden ser nocivos para algunas especies, como los corales.

Por otro lado, de acuerdo a estudios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el calor, la sequedad y los fuertes vientos asociados con la capa de aire sahariana suprimen también la formación e intensificación de los huracanes tropicales.

Los científicos aseguran que las ondas y los ciclones tropicales que pasan por el Atlántico, cuando se encuentran con una de estas nubes de polvo, tienden a debilitarse porque no hay humedad.  De ese modo se regulan o modulan la intensificación de los huracanes.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos proyectó para el 2020 una temporada ciclónica más intensa de lo habitual, pero si más nubes de este tipo se forman en los próximos meses, la formación de huracanes intensos podría verse debilitada.

Los científicos coinciden en que es mucho lo que no se sabe sobre el polvo del Sahara y la sucesión de eventos en que interviene. Uno de esos fenómenos es el proceso de fertilización, su impacto e interacción en la parte biológica porque hay organismos que reaccionan a la presencia de nutrientes nuevos y otros que no

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