Jóvenes científicas panameñas presentarán sus investigaciones

Cada año, cientos de pasantes y becarios pasan por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Algunos se quedan tres meses, otros hasta tres años. Son mujeres y hombres jóvenes de todo el mundo, incluyendo Panamá, en las etapas iniciales de sus carreras científicas. Cuatro de ellas, panameñas, presentarán la próxima semana los avances de sus investigaciones como parte de un simposio interno del Instituto.

Estudio de los suelos

María Luisa Rodríguez lleva los apuntes de su investigación en un cuaderno, en su computadora y en su mente. Mientas los repasa se topa con una de sus frases favoritas: Sabemos más sobre el movimiento de los cuerpos celestes que sobre el suelo bajo los pies. Dice que es de Leonardo Da Vinci y que la ha inspirado a estudiar los suelos tropicales.

La licenciada en química chiricana, que ahora cursa una maestría en la Universidad de Panamá, tiene varios meses como pasante en el laboratorio de suelos del Dr. Ben Turner en el Smithsonian. Con su proyecto de investigación busca desarrollar una técnica económica para detectar potasio en muestras de suelo tropical, pues los métodos actuales son muy costosos.

Es un proyecto innovador, porque el potasio es poco estudiado en los suelos tropicales, a pesar de ser un nutriente esencial para el crecimiento de las plantas. A María Luisa le gustaría regresar eventualmente a su natal Chiriquí, para ser profesora de universidad y compartir sus conocimientos con las siguientes generaciones de estudiantes.

Ciclo reproductivo de crustáceos

En los laboratorios marinos de isla Naos se encuentran Maribel Pinto y María Alejandra Sánchez. Ambas son estudiantes de biología marina y pasantes de la Dra. Rachel Collin. Maribel está en las últimas etapas de sus tesis, después de pasar un año visitando la playa de Punta Culebra semanalmente para recoger muestras de cirrípedos, una clase de crustáceos.

Maribel investiga sobre el ciclo reproductivo de estos animales que viven adheridos a las rocas en las playas, además de su relación con los ciclos de la marea, un tema desconocido para las dos especies que estudia. Después de graduarse, a Maribel le gustaría desarrollar nuevos proyectos científicos marinos en Panamá y luego hacer una maestría.

Contaminación de los mares

Su compañera, María Alejandra, ha enfocado su proyecto de tesis en los efectos de la contaminación de los mares sobre los pequeños invertebrados que habitan el fondo marino. Más específicamente, sobre el impacto que tienen sobre estos animalitos las bajas concentraciones de oxígeno en la bahía de Almirante en Bocas del Toro.

Uno de los efectos secundarios de la contaminación de los océanos es precisamente la disminución de los niveles de oxígeno, que pueden ocasionar un desequilibrio ambiental. Por ejemplo, si los pequeños invertebrados marinos no sobreviven a estos cambios, afectan a los animales más grandes que se alimentan de ellos y así sucesivamente.

Los peces que no se pueden adaptar, migrarán a otros lugares o morirán. Después de un curso que tomó en la Estación de Investigación del Smithsonian en Bocas del Toro, a María Alejandra le gustaría estudiar una maestría sobre poliquetos o gusanos marinos.

Maderas e insectos

Un poco más allá, en la isla de Barro Colorado, Janitce Harwood, una estudiante de biología con orientación en botánica conocería a sus dos amores: las maderas y los insectos. La primera vez que conoció a Dr. Bill Wicslo, se lo topó allá y él le ofreció consejos sobre el trabajo de campo que la encontró haciendo. Más adelante se enteraría de que acababa de conocer a su futuro asesor en el Smithsonian.

Y aunque empezó estudiando las feromonas en las abejas Megalopta de la isla, ahora estudia los tallos y las ramas en las que les gusta anidar, en particular su estructura celular. Esto le permitirá entender mejor las características de los tipos de madera que prefieren estas abejitas. Para Janitce, comprender el comportamiento de las abejas es fundamental, porque sin ellas las plantas del bosque no se podrían propagar y los demás animales se quedarían sin alimentos ni hogar.

Después de graduarse, le gustaría continuar sus estudios hasta el nivel de doctorado, pues en el Smithsonian se dio cuenta de que hay nuevas oportunidades para los investigadores.

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