El VIH como todas las enfermedades de transmisión sexual son un problema de salud pública en Panamá y es que hasta el 2017, se habían descubierto 24 mil casos del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de los cuales 12 mil fallecieron a causa de el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Sin embargo, estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa), apuntan a que en el país existen entre 16,000 y 18,000 personas con el VIH y lo desconocen. El año pasado la institución destinó $21 millones en la lucha contra el sida, de los cuales $16 millones se destinaron a la compra de medicamentos.
De ahí que el 14 de agosto de 2018 se aprobó la Ley 40, en la cual se establece el marco jurídico del sistema social e institucional para la educación, bienestar, defensa de los derechos, prevención y atención integral de las enfermedades de transmisión sexual. Esta ley también dicta que los centros médicos públicos y privados tienen la obligación de ofrecer las pruebas de VIH a la población y una asesoría antes y después de la aplicación de la prueba.
Debido a que el VIH/Sida se ha convertido en una pandemia mundial, científicos de todas partes del mundo siguen en la búsqueda de una cura para esta enfermedad. Y al parecer hay una respuesta positiva del resultado de estas investigaciones.
Recientemente investigadores del hospital estadounidense Johns Hopkins descubrieron que las células inmunitarias de dos pacientes infectados por el VIH actúan de forma distinta a las células de otros pacientes infectados por el mismo virus y que, en efecto, contribuyen a estabilizar la concentración vírica años después de la infección. Más aún, ambos pacientes presentan una concentración elevada del virus en las células infectadas, pero no presentan presencia del virus en la sangre. Si bien solo se han estudiado unos cuantos pacientes, estas observaciones parecen indicar que es factible alcanzar una remisión prolongada del virus.
“Uno de nuestros pacientes contrajo la infección hace casi 20 años, estuvo en tratamiento antirretrovírico durante algunos años y luego lo suspendió; y ha vivido sin el virus durante más de 15 años. Nuestras observaciones apuntan a que iniciar el tratamiento antirretrovírico (TAR) precozmente puede reajustar el sistema inmune del paciente en tal grado que se logra neutraliza el virus, incluso si se suspende el tratamiento”, afirma Joel N. Blankson, coautor del estudio y catedrático de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Entender estos mecanismos puede llevarnos a descubrir una ‘cura funcional’ para los pacientes infectados por el VIH”, concluye Blankson.
El VIH infecta a los linfocitos CD4 del sistema inmune y se aloja en ellos para reproducirse y propagar la infección. Durante la fase inicial de la infección, otro tipo de célula inmunitaria, los linfocitos CD8, detectan y eliminan a los linfocitos CD4 infectados por el virus; sin embargo, ya que el virus suele reproducirse de forma acelerada, los linfocitos CD8 no dan abasto y acaban perdiendo la batalla.
Elaboración del estudio
Para el estudio, los investigadores han seguido el caso de dos pacientes varones infectados por el VIH, quienes presentan niveles de viremia indetectables en los análisis de rigor. El primer paciente forma parte de un subgrupo denominado “inhibidores élite”, cuyas células inmunitarias expresan un biomarcador genético que le permite al cuerpo mantener baja la concentración de viremia, sin tratamiento farmacológico. El segundo paciente, quien pertenece a un subgrupo que se denomina “reguladores postratamiento”, se sometió al tratamiento antirretrovírico durante unos cuantos años antes de suspenderlo hace más de 15 años y no presenta biomarcadores genéticos con efecto protector.
Ya que desde hace años a los pacientes se les analiza la concentración vírica en la sangre durante las consultas médicas habituales, los investigadores utilizaron estas muestras de sangre para aislar los linfocitos CD4. Ambos pacientes presentaron cifras elevadas de linfocitos CD4 infectados por el VIH, a pesar de que la concentración vírica en la sangre no era cuantificable; una característica atípica en pacientes infectados que son capaces de neutralizar el virus.
Anteriormente se pensaba que la presencia de reservorios del VIH en los linfocitos CD4 era un obstáculo para erradicar el virus, porque estas células contienen copias del virus y pueden multiplicarse y propagar la infección. No obstante, el mecanismo celular en los pacientes estudiados parecía otro, por lo que los investigadores decidieron realizar un análisis más detallado.
Gracias a las muestras de sangre que se habían obtenido a lo largo del tiempo, los científicos aislaron el virus del paciente en el subgrupo de los reguladores postratamiento, secuenciaron el material genético y detectaron que el virus analizado en 2010 y el que se había analizado tras obtener dos muestras sanguíneas seis años después, eran idénticos. Este hallazgo resultó sorprendente porque normalmente el virus tiende a mutar cuando se multiplica, para que se propague la versión más fuerte, como es natural en el proceso de evolución de las especies.
“El hecho de que los virus eran totalmente idénticos apunta a que la multiplicación se produjo mediante un mecanismo que se denomina expansión clónica, en el cual las células inactivas del reservorio, que están infectadas, se dividen y dan origen a copias exactas de todos los genes víricos”, indica Blankson.
Tras confirmar que estos virus eran idénticos, el equipo de investigadores se preguntó si quizá los linfocitos CD8 habían desempeñado alguna función en la neutralización del virus. A fin de comprobarlo, se dispusieron a aislar los linfocitos CD8 de ambos pacientes y luego los mezclaron con sus respectivos linfocitos CD4 infectados; asimismo, mezclaron los linfocitos CD8 de pacientes en otro subgrupo que no fuera el de los reguladores, con sus propios linfocitos CD4 infectados.
El experimento reveló que, en el caso del paciente en el subgrupo de los reguladores, los linfocitos CD8 inhibieron el virus; a diferencia de los que pertenecían al otro subgrupo, en cuyo caso los linfocitos CD8 no inhibieron el virus. Estos resultados nos permiten entrever que los linfocitos CD8 son la razón principal por la que los pacientes en el subgrupo de los reguladores son capaces de mantener una concentración vírica indetectable durante tantos años, a pesar de presentar una cifra de linfocitos CD4 infectados muy elevada.
“Creemos que es la primera vez que se detecta una respuesta inmunitaria selectiva de linfocitos CD8 frente al VIH en el subgrupo de reguladores postratamiento. Estos resultados apuntan a que, pese a los reservorios del virus, es posible lograr una cura funcional”, declara Rebecca T. Veenhuis, investigadora de la Facultad de Medicina en la Universidad Johns Hopkins.
Los hallazgos del estudio fueron publicados en la revista digital, Journal of Clinical Investigation Insight.
Acciones mundiales
La Organización de las Naciones Unidas Sida (ONU Sida) destaca que en el mundo, para el año 2017, unas 1.8 millones de personas fueron infectadas por el VIH y 36.9 millones viven con el virus.
Actualmente, acciones a nivel internacional a las cuales se une Panamá buscan que, para el 2020, el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico respecto al virus, reciban terapia antirretrovírica continuada, y el 90% de las personas que reciben terapia antirretrovírica tengan supresión viral.
El Gobierno de Panamá y organizaciones no gubernamentales han implementado campañas de prevención, con el objetivo de realizar pruebas masivas de VIH en distintas partes del país, especialmente este 1 de diciembre que se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida.