La iglesia de Atalaya es uno de esos lugares que despierta la fe y la espiritualidad en torno a Jesús desde hace siglos, pues, según Juan B. Sosa, en su Compendio de Historia de Panamá, esta población existe antes de 1620 y, de acuerdo con una tradición consignada en el libro parroquial de Mons. Pedro Mega, la imagen de Jesús Nazareno se veneraba en un bohío. El origen de esta imagen se pierde entre la leyenda y la tradición y, según Juan Requejo, historiador, en 1640 tanto San Miguel de la Atalaya como San Francisco de la Montaña eran pueblos habitados por indios cuyas iglesias dependían de Santiago de Veraguas.
Mencionar la Iglesia de Atalaya es aludir de inmediato a la fe de los cristianos en la presencia de Jesús Nazareno cuya imagen también lleva varios siglos de ser venerada e invocada y cada año despierta en miles de peregrinos un movimiento expresivo de acudir a manifestar el agradecimiento, la admiración, la súplica y la participación en lo sagrado.
La peregrinación de los cristianos hacia Atalaya es constante, pero tiene su fecha culminante cada año el primer domingo de Cuaresma, día en que miles de personas llegan de todas partes del país, a rendir homenaje y a manifestar la fe en el Jesús Nazareno de Atalaya.
El movimiento que se produce en Atalaya para los días que anteceden a la celebración de la fiesta el primer domingo de Cuaresma incluye la presencia multitudinaria de cristianos así como la implementación de innumerables puestos de comida, frutas, recuerdos, ropa, utensilios, bebidas y demás artículos que constituyen una cobertura de necesidades, de comercios pequeños y buhonería.
La Basílica de Atalaya es uno de los templos que ofrece la Puerta Santa, durante el Jubileo y constituye un lugar luminoso para el crecimiento de la fe y los valores cristianos.
Entre los párrocos que ha tenido la iglesia de Atalaya sobresale Monseñor Juan José Cánovas, quien llegó a esta parroquia en 1912 y la dirigió hasta su muerte en 1964 que ocurrió en su ciudad natal Totana, Murcia, mientras visitaba a sus familiares. Sus restos, sin embargo, descansan en la Basílica de Atalaya, porque el mismo pidió que lo sepultaran en Atalaya, y fueron traídos mediante la gestión de Mons. Marcos G. McGrath.
En el año 1923, el P. Cánovas, reinició la construcción de la torre de la iglesia, que estuvo a cargo del maestro de obra Pedro Duto, italiano, y fue construida con arena de río. El 19 de mazo de 1927, el P. Cánovas invitó al Señor Arzobispo de Panamá, Guillermo Rojas y Arrieta, para que se dignara bendecir la nueva torre.
La iglesia de Atalaya, mediante Decreto dado en la Nunciatura Apostólica de Panamá Nº 90/64, fue elevada a la categoría de Basílica Menor el 15 de Febrero de 1964 por el Papa Paulo VI, después que el Excelentisimo Sr. Arzobispo Francisco Beckman se lo solicitara. La ceremonia de consagración se llevó a cabo el 28 de julio de 1964 y fue presidida por Monseñor Beckman. Es la primera iglesia con esta categoría en Panamá. Este año se celebran los 61 años de esa elevación y la Iglesia de Panamá se alegra por este acontecimiento.
Por la importancia de la Basílica Menor de Atalaya en la historia de la iglesia de Veraguas y su proyección espiritual a todo el país es oportuno sugerir respetuosamente que se establezca un centro de visitantes donde se exhiban diversos objetos que pertenecen a la historia de la parroquia, como ornamentos utilizados por Mons. Cánovas, archivos, fotografías y cuadros con información histórica. También se sugiere presentar al Consejo Municipal de Atalaya la iniciativa de declarar la Basílica Menor como Patrimonio Histórico Municipal.
El valor religioso e histórico de la Basílica Menor de Atalaya exige que tanto las autoridades de la Iglesia como municipales, mantengan su preocupación por preservar las infraestructuras, mobiliario y alrededores para que inspiren a todos los cristianos de la comunidad y a los visitantes más fe, respeto, admiración y participación.
Este año 2025, la novena a Jesús Nazareno va del 28 de febrero al 8 de marzo. El predicador invitado es el padre Abdiel González de la parroquia San Juan Evangelista de Santiago.
La Basílica de Atalaya es uno de los templos que ofrece la Puerta Santa, durante el Jubileo y constituye un lugar luminoso para el crecimiento de la fe y los valores cristianos. Este Primer Domingo de Cuaresma se convierte en una oportunidad maravillosa para la renovación espiritual de la comunidad que reside en esta ciudad, pero también para los miles de peregrinos que acuden a participar en las actividades que se desarrollan alrededor de este templo. Este año del Jubileo, el lema que lo distingue es “Peregrinos de esperanza”, una identificación perfecta con todos los cristianos que se dan cita en Atalaya, y que seguramente sentirán de manera plena las bendiciones de Jesús Nazareno.
