Texto y arte: Manuel E. Montilla
La noción de patria ha sido, a lo largo de la historia, un concepto fundamental que ha moldeado identidades, culturas y sociedades. Sin embargo, en el siglo XXI, este concepto enfrenta nuevos desafíos y transformaciones debido a la globalización, la migración y los cambios sociopolíticos. En el mundo contemporáneo hemos de explorar la relación constructiva entre patria y cultura, reconociendo que ambas son esenciales para el desarrollo de una identidad colectiva y un sentido de pertenencia.
La PATRIA, en su sentido básico, es el lugar de nacimiento o el país de origen de una persona. Sin embargo, este término adquiere dimensiones más complejas cuando se considera su connotación emocional y cultural. La patria es vista como una madre simbólica que nutre a sus hijos, proporcionando un sentido de identidad y pertenencia. Este concepto ha sido crucial en la formación de estados-nación y en la movilización de movimientos nacionalistas.
La PATRIA ha evolucionado desde una noción exclusivamente geográfica hasta incluir aspectos culturales y emocionales. En el siglo XXI, este concepto se enfrenta a la paradoja de un mundo globalizado, donde las fronteras se vuelven porosas y las identidades múltiples. A pesar de esto, la necesidad de un sentido de pertenencia y arraigo sigue siendo fundamental para los individuos y las comunidades.
La globalización ha transformado radicalmente la manera en que percibimos y experimentamos la patria. La facilidad de viajar, la interconectividad digital y las migraciones masivas han desdibujado las fronteras físicas y culturales. En este contexto, la patria ya no es solo un lugar físico, sino también una construcción mental y emocional que puede abarcar múltiples lugares y culturas.
Sin embargo, esta globalización también ha provocado una reacción de repliegue identitario. En muchas partes del mundo, los movimientos nacionalistas y populistas han resurgido, buscando reafirmar identidades propias frente a la percepción de amenaza cultural y económica.
El concepto de patriotismo también ha evolucionado en el siglo XXI. Un patriota contemporáneo no es solo alguien que ama su país, sino también alguien que reconoce y valora la diversidad y la interconectividad global. El patriotismo moderno implica un compromiso con los valores universales de derechos humanos, justicia social y respeto por lo diverso. Este nuevo patriotismo no excluye a los otros, sino que busca integrar y aprender de ellos, reconociendo que el bienestar de una nación está intrínsecamente ligado al bienestar global.
La CULTURA es un componente esencial de la patria. Es a través de la cultura que las personas se conectan con su historia, sus tradiciones y su comunidad. La cultura proporciona el tejido simbólico que une a los individuos en una identidad colectiva. En este sentido, la patria y la cultura son interdependientes; una no puede existir sin la otra.
En el siglo XXI, la relación entre patria y cultura enfrenta desafíos únicos. La globalización ha facilitado el intercambio cultural, enriqueciendo a las naciones con una diversidad de influencias. Sin embargo, también ha generado tensiones sobre la preservación de las identidades culturales locales. La clave está en encontrar un equilibrio entre la apertura a nuevas influencias y la preservación de las tradiciones culturales que definen a una comunidad.
La poesía, en su esencia, es una forma de enraizarse en la patria, de expresar amor y lealtad hacia ella, y de promover un sentido de comunidad y pertenencia. Los poetas, forjadores de los códigos idiomáticos, la describen, sienten, sufren, regocijan y engalanan con lo que precisamente es el fundamento de su hacer: las palabras.
Gregorio Urriola Candanedo: La Patria es la matriz sociohistórica de la que provenimos y el destino que labramos colectivamente como sueño y esperanza de bienestar en un suelo y bajo un cielo que consideramos nuestro. Es la parte y forma de ser que caracterizan nuestro ser y estar en el mundo. En suma, nuestra herencia, condición y luchas.
Danae Brugiati Boussounis: Patria, sentimiento leal que se asienta en la naturaleza y el orden. Un poder que somete a sus leyes tanto a quienes gobiernan en su nombre como a quienes son gobernados, basado en la fe de los justos y estrictos. Que crece con las ofrendas de sus hijos nobles, honestos y leales de quienes busca el apego emocional más que la fe, que sonríe cuando hacen el bien y se resiente cuando la explotan.
Mariela Mirones García: PATRIA, palpitar de un pueblo que cuida, ama y defiende su gloria.
Ana Cristina Anguizola: Patria, para mí son muchas cosas. Hay tantas querencias con la patria. Pero si debo responder con una sola palabra es raíz. La Patria nos arraiga a todo y nos sostiene. Nuestra misión es darle sus cuidados de manera responsable y respetuosa.
La patria en el siglo XXI es un concepto en constante evolución, desafiado por la globalización y la interconectividad, pero también enriquecido por la diversidad y el intercambio cultural. Ser patriota hoy implica reconocer que la fuerza de una nación radica en su capacidad para integrar y aprender de las múltiples influencias que la componen.
La relación entre patria y cultura es fundamental para el desarrollo de una identidad colectiva y un sentido de pertenencia. La cultura proporciona el marco simbólico que une a los individuos en una comunidad, y la patria ofrece el contexto físico y emocional en el que se desarrolla esta cultura. En este sentido, ambas son indispensables para construir una sociedad justa, equitativa y próspera.
A través de las palabras, sentimos el pulso de una nación que, pese a los desafíos, sigue avanzando con orgullo y esperanza. La poesía es un acto de amor a la patria, un canto eterno que celebra y preserva la identidad y el espíritu de un pueblo.