Una huella desproporcionada en el calentamiento global

Además de emitir CO2, los aviones también generan una variedad de otros contaminantes atmosféricos que contribuyen al calentamiento global

Cuando se trata del impacto ambiental de la aviación, las cifras de emisiones directas de dióxido de carbono (CO2) solo revelan una parte de la historia. A pesar de representar solo el 2,5% de las emisiones globales de CO2, la industria de la aviación ha sido responsable de aproximadamente el 4% del calentamiento global desde la era preindustrial. Esta desproporción se debe a una compleja combinación de factores que van más allá de las simples emisiones de CO2.

El auge de la demanda aérea

En las últimas décadas, la demanda mundial de transporte aéreo ha experimentado un aumento vertiginoso. En 2019, los pasajeros recorrieron colectivamente más de 8 billones de kilómetros, una distancia equivalente a un año luz. Este impulso se debe en gran parte al crecimiento económico y al aumento de los ingresos, lo que ha hecho que viajar en avión sea más accesible para una mayor parte de la población mundial.

Sin embargo, esta creciente demanda ha sido parcialmente contrarrestada por mejoras significativas en la eficiencia energética de los aviones. Gracias a avances tecnológicos en diseño aeronáutico, motores y gestión de operaciones, la cantidad de energía necesaria para transportar un pasajero por kilómetro se ha reducido a la mitad desde 1990.

Las estelas de vapor y más: impactos ocultos

Además de emitir CO2, los aviones también generan una variedad de otros contaminantes atmosféricos que contribuyen al calentamiento global, como el aumento a corto plazo de ozono y metano, emisiones de vapor de agua, hollín, aerosoles de azufre y, quizás lo más significativo, las estelas de condensación o «estelas de vapor».

Las estelas de vapor son nubes artificiales formadas por el vapor de agua expulsado por los motores de los aviones. Estas nubes atrapan el calor de la Tierra y aumentan el forzamiento radiativo, una medida del desequilibrio energético que provoca el calentamiento global. Se estima que las estelas de vapor representan la mayor parte del impacto climático de la aviación que no está relacionado con el CO2.

En conjunto, estos impactos «no CO2» representan aproximadamente dos tercios del efecto total de la aviación en el calentamiento global. Un estudio reciente estimó que la aviación ha sido responsable de aproximadamente el 3,5% del forzamiento radiativo efectivo hasta la fecha, mientras que otro estudio sugiere que ha contribuido con el 4% del aumento de la temperatura global desde la era preindustrial.

Un futuro en ascenso para las emisiones de la aviación

A medida que otros sectores se descarbonizan más rápidamente mediante la transición hacia energías renovables, la electrificación y la eficiencia energética, es probable que la participación de la aviación en las emisiones globales aumente. La industria enfrenta mayores desafíos para reducir sus emisiones, ya que todavía depende en gran medida de los combustibles fósiles y no ha logrado avances significativos en la adopción de alternativas bajas en carbono, como los biocombustibles o el hidrógeno.

Si bien los aviones más eficientes pueden frenar parte del crecimiento de las emisiones, no pueden eliminarlas por completo. Para lograr una descarbonización significativa, la industria necesitará pasar del combustible para aviones a la electrificación, los biocombustibles, el hidrógeno o una combinación de ellos. Hasta que se produzca esta transición, la aviación representará una proporción cada vez mayor de las emisiones globales.

El camino a seguir: soluciones y desafíos

Abordar la huella climática desproporcionada de la aviación requerirá un enfoque multifacético que aborde tanto las emisiones directas de CO2 como los impactos «no CO2». Algunos de los enfoques potenciales incluyen:

  1. Investigación y desarrollo de combustibles alternativos: Los biocombustibles, el hidrógeno y la electrificación de los aviones son áreas clave de investigación para reducir las emisiones de CO2 de la aviación.
  2. Mejoras en la eficiencia de los aviones: A pesar de los avances recientes, aún hay margen para mejorar el diseño aerodinámico, los motores y la gestión de operaciones para optimizar el consumo de combustible.
  3. Gestión del tráfico aéreo y rutas de vuelo: Una mejor coordinación y planificación de las rutas de vuelo puede ayudar a minimizar las emisiones y los impactos climáticos de las estelas de vapor.
  4. Desarrollo de tecnologías para mitigar los impactos «no CO2»: Investigar y desarrollar soluciones para reducir los efectos de las estelas de vapor, las emisiones de partículas y otros contaminantes atmosféricos generados por los aviones.

Sin embargo, estos enfoques enfrentan desafíos técnicos, económicos y logísticos significativos. La transición hacia combustibles alternativos y nuevas tecnologías requerirá inversiones sustanciales en investigación y desarrollo, así como la construcción de nueva infraestructura y cadenas de suministro. Además, la coordinación internacional y la armonización de las regulaciones serán cruciales para abordar un sector tan globalizado como la aviación.

Un desafío urgente para la industria

El impacto climático de la aviación es mucho más complejo y desafiante de lo que sugieren sus emisiones directas de CO2. Al considerar los efectos de las estelas de vapor, las emisiones de partículas y otros contaminantes atmosféricos, queda claro que esta industria tiene una huella ambiental desproporcionada en relación con su contribución a las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

A medida que la demanda de viajes aéreos continúa creciendo y otros sectores se descarbonizan más rápidamente, la proporción de las emisiones globales atribuibles a la aviación probablemente aumentará. Abordar este desafío requerirá una transición acelerada hacia combustibles alternativos y tecnologías más limpias, así como enfoques innovadores para mitigar los impactos «no CO2» de la aviación.

Si bien los obstáculos técnicos, económicos y regulatorios son significativos, la urgencia de abordar el cambio climático exige que la industria de la aviación se una a los esfuerzos globales de descarbonización. Con una combinación de investigación, inversión y colaboración internacional, es posible reducir el impacto climático de la aviación y mantener sus beneficios económicos y de conectividad global.

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