Unos 250 participantes de las siete etnias que existen en Panamá luchan desde el miércoles, no solo por ganar una medalla en los Juegos Ancestrales Indígenas, sino por rescatar las costumbres y tradiciones de sus comunidades.
Clímaco Dogirama tiene 37 años y pertenece a la etnia emberá. Con su participación en la competencia de lanza quiere honrar a su abuelo, quien cazaba para subsistir.
«Mi abuelo usaba la lanza para cazar. Nosotros solo la usamos para deporte (…), pero los estamos representando. Muchos hemos perdido (las tradiciones) y las estamos rescatando de nuevo, estamos rescatando su cultura», dijo.
Las competencias, que cumplen su tercera edición, son un encuentro de cuatro días que se desarrolla en la comarca Ngäbe-Buglé, en Bocas del Toro, en los cuales los participantes se debaten en disciplinas deportivas inherentes a su historia y modo de vida.
El presidente de la Asociación de Juegos Ancestrales Indígenas, César Cires, de la etnia ngäbe, señaló que el evento «nació con la idea de difundir, preservar y promover nuestras culturas indígenas a través de actividades deportivas ancestrales».
Las justas culminarán el sábado 18. Las pruebas en tierra como arco y flecha, lanza, carreras de 100 metros y 10 kilómetros, cargada de troncos y jalar la soga ocurren en la aldea Pueblo Nuevo, Burí.
En tanto, natación y canotaje compiten en el puerto Chiriquí Grande.
«Nuestros ancestros eran guerreros. Tratamos de enseñarle a las nuevas generaciones que en algún momento eso fue importante», dijo Cires.
David Mezúa, de 18 años y ganador de la competencia de natación en pleno mar Caribe, está «orgulloso de ser emberá».
«Me siento contento (…). Mi abuelo también lo era y no quiero perder la cultura de nosotros, quiero seguir adelante», expresó.
Kasey Shields, británica por parte de padre y guna-yala por su madre, a sus 16 años venció en la rama femenina de esa misma disciplina. «Me apasiona mucho la natación y más mi cultura indígena, me gustaría aprender muchísimo más», aseguró.
De acuerdo con Cires, delegaciones panameñas ya participaron de los Juegos Mundiales Indígenas en 2015 (Brasil) y 2017 (Canadá). Esperan hacerlo de nuevo en el 2022, en la tercera edición, también en Brasil.
En Panamá, las siete etnias indígenas reconocidas son los Ngäbe, los Buglé, los guna, los emberá, los Wounaan, los Bri Bri, y los Naso Tjërdi. Entre todas, representan 12% (417.000) de la población de esta nación centroamericana, de acuerdo al último censo oficial, de 2010.
Según el Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA, por sus siglas en inglés) estas comunidades enfrentan serios desafíos, «especialmente relacionados con su reconocimiento, derechos territoriales y casos de desalojo forzado».