Mi Cultura : La restauración de la Aduana de Portobelo
La Aduana de Portobelo con una estructura renacentista, fue uno de los edificios más importantes de la época. Construida en 1630, tuvo una función relevante al marcar el futuro del país como centro del comercio mundial.
Fue una zona de importante intercambio comercial entre las colonias y España. Sirvió de almacén, oficina fiscal, depósito de las cajas reales y de residencia para el gobernador y los oficiales reales durante la época española.
Portobelo, una pequeña ciudad construida a las orillas del mar del Caribe, reúne cerca de 500 años de historia.
Fue en el sitio de mayor importancia estratégica para el transporte del oro y la plata extraídos del Perú, con el sistema de Ferias y Galeones.
Las ferias tenían una duración de hasta 40 días, y a ellas arribaban los esclavos, mercancías y alimentos.
La Aduana, como edificio gubernamental administrativo, tenía un rol de gestionar estas las llegadas y salidas para registrar los bienes que se intercambiaban.
En la planta baja estaban las oficinas de las grandes ferias y los almacenes. En la planta alta se encontraban los aposentos de las autoridades.
Su importancia por el trasiego de las riquezas hizo que fuera atacada por el comandante británico William Kinghills en 1744.
Cerca de 15 años después, el diseñador Manuel Hernández, en 1801 la reconstruyó.
Las actividades económicas reiniciaron en 1809 hasta que comenzó la independencia de Panamá de España.
En 1882, un terremoto tuvo un impacto importante en la edificación. La fachada de piedra se perdió por su derrumbe, y se reconstruyó esta vez de madera. La Aduana fue completamente abandonada hasta el inicio del siglo XX.
El Ministerio de Cultura, está desarrollando el proyecto de restauración de la Aduana de Portobelo, y aunque la pandemia por la COVID-19, retrasó la obra; en enero de este año el ministro Carlos Aguilar, entregó las llaves a la empresa Administradora de Proyectos de construcción, S.A. (Aprocosa) que será la responsable de este trabajo.
El proyecto de restauración consiste en la ejecución de los estudios, diseño y aprobación de planos de construcción y el desarrollo de las obras de intervención en la cubierta de tejas de la Aduana de Portobelo y sus muros perimetrales, de acuerdo con información proporcionada por el Ministerio.
La fase de construcción tendrá una duración de un año y medio, y la obra será entregada con el equipamiento y la museografía instalada.
La directora Nacional del Patrimonio Histórico de Mi Cultura, Katti Osorio, dijo a Destino Panamá que el estilo del edificio no cambiará. Las obras consisten en la rehabilitación, restauración y la estabilización mecánica de la estructura.
No hay decisiones difíciles. La Aduana no perderá su verdadera autenticidad. Las tejas que cubrirán el techo, tendrán las mismas dimensiones que las originales.
DP. ¿Cómo es la situación actual de la Aduana?
KO. La aduana como edificio le pertenece al Estado. Es parte del tejido municipal con lo cual, y tomando en cuenta tanto que la Ley General de Cultura, el Ministerio sólo estará a cargo de las obras. Previamente se firmó un convenio entre el alcalde de Portobelo y Mi Cultura para ejecutar las restauraciones.
Así que, en cuanto a la tenencia, en este momento está administrado por Mi Cultura que, además diseña y promueve la restauración de la Aduana.
DP. ¿ Qué se va a restaurar?
KO. La Aduana se quedó sin tejas durante mucho tiempo. El edificio recibió mucha agua. Nunca ha dejado de llover. Desarrolló mucha macroflora y bromelias de tamaño considerable.
Los muros tienen una proliferación de vegetales muy importante. La humedad afecta al sistema eléctrico. Los pisos son de madera y están dañados.
Los estudios previos, han demostrado que la madera es reutilizable y se puede limpiar. Lo principal es su limpieza, colocar un techo y estabilizar el edificio que está sostenido por tensores de acero muy flojos.
DP.¿ Cuál es la importancia de restaurar este edificio?
KO. Los diferentes grupos de pobladores en Portobelo, sobre todo los congos y los indígenas tienen un papel innegable en la narrativa de los procesos históricos nacionales.
Hay que evitar perder la oportunidad de mejorar nuestra sociedad hacia una más inclusivas, en la que todas las personas pueden verse reflejadas en los discursos nacionales.
La restauración de la aduana es abrir un lugar para el diálogo. No solo como edificio sino como un sitio estratégico donde se construyó toda esta economía colonial.
Un lugar de registro, una puerta donde se puede visualizar todo este tema del intercambio y de su resultado.
Hay que tomar en cuenta las personas que trabajaban en situación de esclavitud y que al luchar por su libertad construyeron su propia sociedad al margen de los dominantes y adquirieron su propio lenguaje, se constituyeron en una nueva identidad: los congos.
Este lunes, los dos primeros obreros contratados empezarán la restauración del edificio.
