Historia de las apariciones marianas

 

Se denomina ‘aparición mariana’ al acto por el cual la Virgen María se ha aparecido a los creyentes a lo largo de la historia del cristianismo. Hoy, en La Historia Habla, y en conmemoración de la primera aparición de la Virgen de Fátima, el 13 de mayo de 1917 en Cova de Iría, vamos a dar un repaso por las principales para centrarnos más tarde en los pastorcillos lusos y en aquello que dijeron haber visto.

En realidad, a pesar de las miles de advocaciones marianas que existen en el mundo, la Iglesia Católica ha reconocido muy pocas manifestaciones de la Virgen e incluso aquellas aceptadas son denominadas por la ortodoxia como «revelaciones privadas», dejando a los fieles en libertad de creer en ellas o no.

Melchor Cano, teólogo dominico, profesor de fray Luis de León, en el libro XII de su obra Opera de locis regis afirma que “Las revelaciones privadas no conciernen a la fe católica y no pertenecen al fundamento y principio de la doctrina eclesiástica, es decir, de la verdadera y auténtica teología, porque la fe no es una virtud privada, sino común”, ¿Qué quiere decir esto? Pues que la Iglesia, a pesar de verse en algunos casos constreñida por la presión popular a aceptar las apariciones, los santuarios o las profecías, en realidad considera estas apariciones como simple desviación de la piedad popular, histeria colectiva que provoca alucinaciones e incluso pura y simplemente, fraudes.

Por eso en muchos casos de apariciones tanto las autoridades eclesiásticas como las civiles han perseguido, investigado y fustigado a los presuntos videntes, esto ha ocurrido en los casos de Bernadette Soubirous en Lourdes o de los tres pastorcitos en Fátima.

Vamos a hacer un repaso a las escasas apariciones que la Iglesia reconoce, empezando por la aparición de la Virgen del Pilar de Zaragoza al apóstol Santiago el Mayor alrededor del año 40 de nuestra era. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» es decir, antes de su Asunción, y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe, el pilar sobre el que hoy reposa la imagen. En un manuscrito de 1297 de los Moralia, sive Expositio in Job, de Gregorio Magno se cuenta que Santiago y los siete primeros conversos de Cesaraugusta edificaron una capilla al lado del río Ebro, sobre la que más tarde se edificaría la basílica actual.

Hoy en día, la Virgen del Pilar es una de las advocaciones marianas más veneradas, y es la patrona del Cuerpo de la Guardia Civil, Cuerpo de Correos y Telégrafos, Cuerpo de secretarios, interventores y depositarios de administración local y del Arma Submarina de la Armada Española, entre otros, además de ser Capitana General del Ejército español.

Cuando era papa Liberio, un matrimonio de la nobleza patricia de Roma que no había tenido hijos solicitó a la Virgen que les indicara qué debían hacer con sus bienes al morir. La Virgen se manifestó ante ellos y les indicó que, allá donde ella señalara, se le construyese un templo. La forma milagrosa de señalar el lugar designado para su basílica fue una nevada que el 5 de agosto del 358 marcó los límites de Basílica de Santa Maria Maggiore en lo alto del monte Esquilino.

En 1085 cuenta la leyenda que la Virgen se les apareció a unos pastores de Abárzuza, unas estrellas les señalaron el lugar sobre una colina donde se les apareció una imagen de la Virgen en majestad con el Niño, unos pastores que acudieron a un alto atraídos porque unas estrellas lo señalaban, y allí encontraron en una cueva una imagen de la Virgen con el niño. Se la llamó Virgen del Puy, y cerca de ese sitio se fundó la ciudad de Estella.

Nuestra Señora de Walsingham 1061, es la Patrona de Inglaterra y se le apareció en 1061 a la noble Ricarda de Faverches pidiéndole que construyera una réplica de su casa en Nazaret. Desde tiempos medievales se convirtió en lugar de peregrinación, hasta que fue destruido en la Reforma del rey Enrique VIII, pero luego en 1934, los obispos católicos ingleses declararon la capilla Santuario Nacional y se renovaron las peregrinaciones.

Nuestra Señora del Rosario se le apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán, la aparición llevaba un rosario y se lo enseñó a rezar al santo. El santo se lo enseñó a rezar a los soldados de la hueste de Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret y su posterior victoria en la batalla se atribuyó a la Virgen María. Nuestra Señora del Rosario fue considerada el arma secreta de los cristianos para ganar también la batalla de Lepanto.

Luego se aparecería la Virgen en el Monte Carmelo, el 16 de julio de 1251, a San Simón Stock, al que le entregó el escapulario, que es el principal signo del culto mariano carmelita y prometiendo librar del castigo eterno a aquellos que lo llevasen consigo. El escapulario fue reconocido por el papa Sixto V en 1587. La Virgen del Carmen, la Estrella del Mar, es la patrona de los marineros.

En 1392 se aparece bajo la advocación de Virgen de la Candelaria a dos pastores guanches en la isla de Tenerife. Y a finales del siguiente siglo, en 1481, la Virgen del Pino se aparece en la isla de Gran Canaria.

El 12 de diciembre de 1531 se le aparece la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego en México. Y en 1652, el 8 de septiembre, en Venezuela, se le aparece la Virgen a Coromoto, cacique de los indígenas cospes y a su mujer, a quienes la aparición les ordena: «Vayan a casa de los blancos y pídanles que les echen el agua en la cabeza para poder ir al cielo». El Papa Pío XII declaró esta aparición mariana como patrona de Venezuela.

Nuestra Señora de Šiluva bajó a la Tierra en 1608 y Nuestra Señora de Laus en algunas ocasiones entre 1664 y 1718.

La Virgen del Huerto se le apareció al joven Sebastián en la mitad del siglo XVIII. Y en el siglo XIX la Virgen se aparece varias veces, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en 1830. En La Salette en 1846 y en Lourdes a Bernadette Soubirous, en 1858. Nuestra Señora de Pontmain en 1871. En 1879 la Virgen hace doblete, ya que se manifiesta como Nuestra Señora de Gietrzwald y como Nuestra Señora de Knock en las localidades respectivas.

Entramos ya en el siglo XX y en Fátima, en 1917, la Virgen bajó a los pastores en Cava de Iría, tal y como dice la canción. Nuestra Señora de Beauraing se manifiesta entre 1932 y 1933, Nuestra Señora de Banneux en 1933. Casi una década más tarde, entre 1941 y 1988 se le apareció a Felisa Sistiaga en Umbe; entre el 27 de mayo y el 4 de junio de 1945 se apareció en La Codosera, Badajoz y el 13 de julio de ese mismo año se trasladó a Italia para aparecérsele a Pierina Gilli como María Rosa Mística. Por último y en los umbrales del nuevo milenio Nuestra Señora de la Bondad se apareció en 1999 en el Algarve, Portugal.

Pero esta entrega de La Historia Habla, tal y como dijimos al inicio, está dedicada a la Virgen de Fátima y a ella nos dedicaremos en el siguiente capítulo. No se lo pierdan.

 

 

 

 

 

 

 

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