Canadá y China anunciaron represalia a los últimos gravámenes del gobierno de Donald Trump.
Estados Unidos inició este martes con la imposición de un arancel del 25% a las importaciones procedentes tanto de Canadá como de México.
Estos aranceles, según el presidente estadounidense Donald Trump, son necesarios para presionar a ambas naciones a tomar medidas más enérgicas contra el tráfico de fentanilo y la inmigración irregular.
El gobernante también reiteró su plan de elevar los aranceles a todas las importaciones chinas del 10% al 20%, como respuesta a las continuas importaciones de fentanilo a Estados Unidos.
Canadá y China responden
Antes esto, los gobiernos de Canadá y China han respondido a las medidas anunciadas por Trump.
Canadá ha decidido imponer aranceles del 25% sobre 30.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses. Estas medidas son una respuesta directa a los aranceles del 25% impuestos por Washington a las importaciones canadienses.
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Además de los aranceles, Canadá está considerando interrumpir las exportaciones de energía a Estados Unidos como una medida adicional de presión.
En un intento por demostrar su compromiso con la seguridad fronteriza y la lucha contra el tráfico de drogas, el Gobierno de Canadá ha invertido 1,000 millones de dólares en reforzar la vigilancia, desplegando miles de agentes y nombrando un “zar del fentanilo” para combatir la entrada de la sustancia en EE.UU.
El tráfico de fentanilo desde Canadá se ha reducido, con solo 0,01 kilogramos incautados en enero, según datos de las autoridades estadounidenses.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau enfatizó que su país ha hecho todo lo necesario para frenar el problema, por lo que considera que los aranceles impuestos por Washington carecen de justificación.
Reacción de China
Desde Pekín critican que la crisis del fentanilo es instrumentalizada por trump como un “pretexto” para justificar sus medidas comerciales. Según las autoridades chinas, su política antidrogas es una de las más estrictas del mundo y la cooperación bilateral en este ámbito ha generado resultados positivos en el pasado.
China ha impuesto aranceles del 10% y 15% a varios productos agropecuarios estadounidenses, como pollo, trigo, maíz, soja, carne de cerdo y vacuno, entre otros.
Pekín justifica estas medidas como una respuesta a los aranceles «unilaterales» de Estados Unidos, que considera dañinos para el comercio multilateral.
Además de los aranceles, China ha incluido a varias empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones y en su lista de entidades no confiables, y planea llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio.