En Latinoamérica, se están desarrollando vacunas candidatas COVID-19 en fases iniciales, dijo este miércoles el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, Jarbas Barbosa. Cuba es uno de estos, y se coloca como el primer país de la región con una vacuna propia en estudios clínicos fase 3.
Esto le ofrece importantes posibilidades a la región, dijo Barbosa, que enfrenta una escasez de dosis de vacunas COVID-19.
El subjefe de la agencia regional de salud, en declaraciones anteriores, ha dejado claro que todas las vacunas candidatas deben pasar por las etapas clínicas y cumplir con las regulaciones de aquellos países que la van a usar.
Uno de los pasos que ha dado la OPS, es contactar a Cuba con la Coalición para Innovaciones en Preparación ante Epidemias (CEPI), para que los investigadores proporcionen información a este organismo como vía de financiamiento para el desarrollo de estos fármacos.
La canasta que desarrolla Cuba
Las vacunas cubanas han tenido una amplia cobertura internacional, y permanecen en la agenda mediática de forma periódica para seguir los resultados de los estudios clínicos.
La isla caribeña tiene un sólido historial en el desarrollo de vacunas. Produjo su propia vacuna contra la meningitis B a fines de la década de 1980.
El 25 de marzo las vacunas Soberana 02 y Abdala, entraron a ensayos clínicos fase 3, reuniendo entre ambas un total de 92 mil voluntarios de acuerdo con la información del rastreador de la Alianza Global por una Vacuna, GAVI.

Además de las dos anteriores, Cuba realiza ensayos en fases iniciales de las candidatas Soberana 1, Soberana Plus y una vacuna intranasal sin aguja llamada Mambisa.
Las candidatas Soberana, las produce el Instituto Finlay en alianza con el Centro de Inmunología Molecular (CIM) y el Centro de Biopreparados.
Mientras que, Abdala y Mambisa son desarrolladas por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Ensayos clínicos y estudios de intervención
Al unísono que realiza estudios clínicos de fase 3, Cuba inició un “estudio de intervención” en el que participan 150 mil voluntarios, la mayoría de ellos personal de salud, detalló un artículo del Chicago Tribune. Estos estudios no incorporan pruebas de doble ciegos ni placebos.
En Irán también se realizan estudios fase 3, luego de que el Instituto Finlay alcanzara un acuerdo con ese país.
A finales de mayo, se desarrollarán otros estudios intervencionistas en La Habana y las autoridades tienen previsto administrar la vacuna a 1.7 millones de personas, la mayoría población adulta.
La estimación es que en junio se inicie la campaña nacional de vacunación, que priorizará a los grupos según factores de riesgo y comenzará por los mayores de 60 años, han previsto las autoridades de salud de la isla.
Para finales de agosto, 6 millones de personas estarán protegidas y esperan inmunizar a toda la población antes de culminar 2021.
Cuba estima que será uno de los primeros países del mundo en vacunar completamente a toda su población.
Cómo se desarrollaron estas vacunas
La tecnología que utilizan las vacunas candidatas cubanas es que toman de la proteína S, solo la parte involucrada en el contacto con el receptor de la célula, que es también el que induce la mayor cantidad de anticuerpos neutralizantes. Las cuatro vacunas están desarrolladas con esta tecnología.
Sin embargo, se diferencian en sus formulaciones, detalló el diario BBC Mundo, citando datos de GAVI.
Las dos vacunas Soberana utilizan un antígeno obtenido de células de mamíferos en varias formulaciones.
Abdala y Mambisa, utilizan un antígeno tomado de levadura, también en varias formulaciones.
Soberana 02 la vacuna insignia
Soberana 02 es la vacuna que más avances tiene. Ha inducido anticuerpos y se estudia la capacidad que tienen para inhibir al SARS.CoV-2.
Su propuesta es de dos dosis, aplicadas con un intervalo de 28 días, y se prueba en algunos casos un refuerzo con una dosis de Soberana 01, que se inocula en el día 58.
A diferencia del resto de las vacunas desarrolladas en el mundo, Soberana 02 combina una molécula de toxoide tetánico, que potencia la respuesta inmune, convirtiéndola en una vacuna compuesta, reseña el diario Cuba Debate.
Cuando el virus intenta entrar a la célula usando esta proteína, genera una reacción inmune contra la toxina que lleva la proteína, con lo cual se bloquea su entrada a la célula.
«Están utilizando una tecnología segura», dijo Andrés Vecino, médico especialista en sistemas de salud de la Universidad Johns Hopkins, en EE.UU., a la BBC en un artículo.
Países como México han mostrado interés en sumarse a los ensayos clínicos, y más recientemente Argentina declaró interés en adquirir la candidata Soberana 02.