El Nacional, golpe a la libertad de prensa

 

El último golpe de la dictadura de Venezuela ha sido contra el diario El Nacional, con 70 años defendiendo la democracia en ese país. Es un contraataque de una tiranía totalitaria para acabar con la libertad de prensa.

La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia de la dictadura, falló la semana pasada en favor del líder chavista Diosdado Cabello y obliga a El Nacional a pagarle $13.3 millones como indemnización por daño moral. El 11 de agosto del 2015 Cabello presentó una demanda contra El Nacional luego de que el diario reprodujera un artículo del ABC de España en el que, con el testimonio de Leamsy Salazar, su exescolta, se lo vinculaba a negocios de narcotráfico.

Esa acción de un tribunal de justicia manipulado por la dictadura chavista pone en evidencia el trazo de un plan para silenciar uno de los últimos bastiones de la libertad de expresión y defensa de la democracia en Venezuela. Está claro que es una expropiación encubierta, dijo el director diario, Miguel Otero, perseguido por la dictadura venezolana y exiliado en España.

“El Nacional es el buque insignia de la libertad de prensa de Venezuela durante tantas décadas, es lo que representa, un emblema sobre lo que piensa y opina Venezuela, al cual necesitan liquidarlo para completar lo que están haciendo: ¡una tiranía totalitaria!”, dijo al criticar la decisión, el expresidente español Felipe González (1982-1996).

Al mismo tiempo, una veintena de exjefes de Estado y de Gobierno de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) también se solidarizaron con el diario El Nacional y solicitaron la intervención de instancias de derechos humanos y de protección de la libertad de prensa a nivel regional e internacional.

“Ante los fallidos intentos por acallar a un medio como El Nacional, se recurre hoy a la intervención de una justicia sometida a la voluntad del régimen, para infligirle un grave daño económico”, destacó la declaración firmada por exmandatarios de España y Latinoamérica.

Al destruir las libertades y las instituciones democráticas, el régimen ha convertido Venezuela en un Estado fallido, en manos de grupos mafiosos, que ya eran una pandemia antes de que llegara el covid-19.

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