La OMS pide medidas urgentes relacionadas a la tuberculosis

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Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra el 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento para que, con carácter de urgencia, se destinen recursos a proteger y mantener los servicios de atención y apoyo en la esfera de la tuberculosis para las personas necesitadas en todas las regiones y países. La tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo, con más de un millón de fallecimientos al año, lo que tiene efectos devastadores en las familias y las comunidades.

Las actividades que se llevan a cabo en todo el mundo para combatir la tuberculosis han salvado la vida a 79 millones de personas desde el año 2000. No obstante, los recortes drásticos y abruptos que se están produciendo en la financiación de la salud mundial amenazan con revertir estos avances. El aumento de la farmacorresistencia, especialmente en Europa, y los conflictos en curso en Oriente Medio, África y Europa oriental ahondan en la gravedad de la situación para los más vulnerables.

Una de las soluciones por las que se ha decantado la OMS para combatir las crecientes limitaciones en materia de recursos es impulsar la integración de la tuberculosis y la salud pulmonar en la atención primaria de salud

Bajo el lema ¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir, la campaña para la edición de 2025 del Día Mundial de la Tuberculosis hace un llamamiento que pone el acento en la urgencia de la situación, la rendición de cuentas y la esperanza. «Los enormes avances que el mundo ha logrado en la lucha contra la tuberculosis a lo largo de los últimos 20 años están ahora en peligro a medida que los recortes en la financiación comienzan a perturbar el acceso de las personas con tuberculosis a servicios de prevención, detección y tratamiento», declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «No podemos renunciar, sin embargo, a los compromisos concretos que los líderes mundiales contrajeron en la Asamblea General de las Naciones Unidas hace apenas 18 meses con el objetivo de acelerar la labor para poner fin a la tuberculosis. La OMS se ha comprometido a trabajar con todos los donantes, los asociados y los países afectados para mitigar los efectos de los recortes en la financiación y encontrar soluciones innovadoras».

La falta de financiación amenaza los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis

De los primeros informes presentados a la OMS se desprende que los recortes en la financiación han acarreado graves trastornos en la respuesta a la tuberculosis en algunos de los países con una mayor carga de la enfermedad. Los países de la Región de África de la OMS son los más afectados, seguidos de los de las regiones de la OMS de Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental. En veintisiete países, la respuesta a la tuberculosis se ha desmoronado de manera abrumadora, lo que ha comportado consecuencias devastadoras como:

  • una escasez de recursos humanos, que menoscaba la prestación de servicios;
  • interrupciones graves en los servicios de diagnóstico, lo que retrasa la detección y el tratamiento;
  • el colapso de los sistemas de datos y vigilancia, lo que compromete el seguimiento y la gestión de las enfermedades;
  • el deterioro de las iniciativas de implicación comunitaria, incluida la búsqueda activa de casos, el cribado y el rastreo de contactos, lo que provoca retrasos en el diagnóstico y un mayor riesgo de transmisión.

Nueve países han comunicado problemas para adquirir medicamentos contra la tuberculosis y en las cadenas de suministro, lo que pone en peligro la continuidad del tratamiento y los resultados para los pacientes.

Los enormes avances que el mundo ha logrado en la lucha contra la tuberculosis a lo largo de los últimos 20 años están ahora en peligro

Los recortes de financiación para 2025 agravan más la falta de financiación actual de la respuesta mundial a la tuberculosis. En 2023, solo se disponía del 26 % de los USD 22 000 millones que cada año requieren las actividades de prevención y atención de la tuberculosis, de modo que el déficit era enorme. La investigación sobre la tuberculosis está en crisis: en 2022, solo se recibió una quinta parte de la meta anual de USD 5000 millones, lo que ha retrasado considerablemente los avances en los medios de diagnóstico, los tratamientos y las vacunas. La OMS lidera los esfuerzos para acelerar el desarrollo de vacunas contra la tuberculosis a través del Consejo de Aceleración de las Vacunas contra la Tuberculosis, pese a que los avances siguen en peligro si no se asumen compromisos financieros urgentes.

Declaración conjunta con la sociedad civil

En respuesta a los desafíos urgentes que amenazan en todo el mundo a los servicios de lucha contra la tuberculosis, el Director General de la OMS y el Grupo Especial de la Sociedad Civil sobre la Tuberculosis han emitido una declaración contundente. La declaración conjunta, que se publicó esta semana, exige esfuerzos inmediatos y coordinados por parte de los gobiernos, los líderes del ámbito de la salud mundial, los donantes y los responsables de la formulación de políticas a fin de evitar nuevos trastornos. La declaración señala cinco prioridades clave:

  • Abordar las perturbaciones que afectan a los servicios de lucha contra la tuberculosis de manera urgente, garantizando que las respuestas estén a la altura de la magnitud de la crisis;
  • Asegurar una financiación nacional sostenible, garantizando el acceso ininterrumpido y en igualdad de condiciones a la prevención de la tuberculosis y a su atención;
  • Salvaguardar los servicios esenciales contra la tuberculosis, incluido el acceso a medicamentos que salvan vidas, medios de diagnóstico, tratamientos y protecciones sociales, así como la colaboración intersectorial;
  • Establecer plataformas nacionales de colaboración o revitalizarlas, fomentando las alianzas entre la sociedad civil, las ONG, los donantes y las sociedades profesionales a fin de hacer frente a los desafíos;
  • Mejorar los sistemas de monitoreo y alerta temprana para evaluar el impacto en tiempo real y detectar de manera precoz las perturbaciones.

«Este llamamiento urgente es oportuno y subraya la necesidad de tomar medidas rápidas y contundentes para mantener los avances mundiales en la lucha contra la tuberculosis y prevenir retrocesos que podrían cobrarse vidas», declaró la Dra. Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial de la OMS sobre Tuberculosis y Salud Pulmonar. «Invertir en la erradicación de la tuberculosis no es solo un imperativo moral; también es una necesidad económica: según las estimaciones, cada dólar que se destina a la prevención y el tratamiento genera un retorno de USD 43».

Nuevas directrices sobre tuberculosis y salud pulmonar

Una de las soluciones por las que se ha decantado la OMS para combatir las crecientes limitaciones en materia de recursos es impulsar la integración de la tuberculosis y la salud pulmonar en la atención primaria de salud, opción considerada como una solución sostenible. Las nuevas orientaciones técnicas publicadas por la OMS presentan una serie de medidas críticas en la totalidad del proceso asistencial centradas en la prevención, la detección precoz de la tuberculosis y las comorbilidades, el manejo optimizado en el primer contacto y la mejora en el seguimiento de los pacientes. Las orientaciones también promueven un mejor uso de los sistemas de salud actuales, y abordan con ese fin factores de riesgo compartidos como el hacinamiento, el tabaco, la desnutrición y los contaminantes ambientales.

Al ocuparse de los factores determinantes de la tuberculosis y las enfermedades transmisibles y no transmisibles, las afecciones pulmonares y las discapacidades a través de una estrategia unificada, la OMS pretende reforzar la respuesta mundial e impulsar mejoras duraderas en los resultados de salud.

Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, la OMS apela a todo el mundo —a las personas, las comunidades, las sociedades, los donantes y los gobiernos— para que contribuyan a poner fin a esta enfermedad. La falta de una acción concertada por todas las partes interesadas lastrará la respuesta a la tuberculosis, lo que revertirá decenios de progresos, pondrá en peligro millones de vidas y supondrá una amenaza para la seguridad sanitaria.

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