Puerto Barú: un ambicioso proyecto portuario que promete transformar Chiriquí

Puerto Barú es una iniciativa de inversión norteamericana valorada en 250 millones de dólares.
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Desarrollo sostenible, impacto económico y desafíos ambientales en el corazón de una iniciativa millonaria

En la costa pacífica de Panamá, específicamente en el distrito de David, provincia de Chiriquí, se gesta un proyecto que promete revolucionar la dinámica económica y logística de la región occidental del país. Puerto Barú, una iniciativa de inversión norteamericana valorada en 250 millones de dólares, se perfila como el primer puerto multipropósito en el área, con ambiciones de convertirse en un referente de desarrollo sostenible y eficiencia portuaria.

El proyecto y sus promotores

 Puerto Barú es impulsado por un grupo de inversionistas estadounidenses liderados por John McKeown y Scott Kalt, con base en California. El equipo directivo incluye a Ismael González como director y Nicolás Posada en el rol de gerente técnico. Esta inversión 100% norteamericana apunta a implementar estándares internacionales en materia logística, turística y ambiental.

El proyecto se ubica a solo 15 minutos del Aeropuerto Internacional Enrique Malek, en el corregimiento de Chiriquí y a 75 kilómetros de la frontera en Paso Canoas. Abarca 124.6 hectáreas de terreno privado, con una vía de acceso que atraviesa fincas ganaderas, evitando el impacto directo sobre comunidades existentes.

Las instalaciones proyectadas incluyen:

  • Un muelle comercial de 500 metros
  • Un muelle para líquidos de 150 metros
  • Un muelle turístico de 100 metros
  • Calado de aproximadamente 11 metros, con tolerancia adicional en marea alta
  • Capacidad para embarcaciones de hasta 230 metros de largo y 60,000 toneladas de peso muerto

Impacto económico y generación de empleo

 Puerto Barú promete ser un motor económico significativo para la región. Se proyecta la creación de:

  • 1,200 empleos durante la fase de construcción
  • 650 empleos en la fase operativa del muelle comercial (proyectados a 2029)
  • 300 empleos relacionados con el turismo (proyectados a 2029)
  • 500 empleos indirectos adicionales

El proyecto se promociona como el «Primer Puerto Verde en Panamá», con diversas iniciativas ecológicas:

  • Asignación del 30% de los terrenos privados para la siembra de bosques como amortiguamiento
  • Compromiso de no talar bosques o manglares durante la construcción
  • Electrificación de activos portuarios para reducir la huella de carbono
  • Suministro de energía 100% renovable
  • Manejo eficiente de desechos mediante clasificación, reciclaje y tratamiento
  • El agua potable será suministrada mediante una reserva privada a través de pozos profundos, para no impactar los suministros de las comunidades vecinas.

Desafíos y preocupaciones ambientales

A pesar de las promesas de sostenibilidad, el proyecto enfrenta escrutinio por su potencial impacto en el ecosistema local, particularmente en los manglares cercanos. Los promotores aseguran que el proyecto no se encuentra dentro de un área protegida y que se implementará un plan de monitoreo de manglares en colaboración con el Centro de Investigación, Formación y Emprendimiento (CIFE). Adicionalmente, los trabajos de dragado se realizarán con tecnología moderna y no invasiva para minimizar impactos.

El proyecto ha alcanzado varios hitos regulatorios, incluyendo: obtención de la concesión provisional portuaria en octubre de 2021, la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental Categoría III en enero de 2024 y la proyección para iniciar la licitación del contratista general en el segundo trimestre de 2025.

Perspectivas turísticas

Además de su función logística, Puerto Barú aspira a convertirse en un destino turístico con capacidad para recibir mini cruceros y yates de lujo. Se planea una marina y una terminal de turismo como parte del desarrollo.

Este proyecto representa una apuesta audaz por el desarrollo económico de la región occidental de Panamá. Con promesas de generación de empleo, impulso al turismo y prácticas sostenibles, el puerto     busca posicionarse como un modelo de desarrollo portuario. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de los promotores para cumplir con sus compromisos ambientales y sociales, manteniendo un delicado equilibrio entre el progreso económico y la preservación del ecosistema local. A medida que el proyecto avanza, será crucial un monitoreo continuo y transparente para asegurar que los beneficios prometidos se materialicen sin comprometer la riqueza natural de la región.

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