El ábaco y el bolsillo

La falta de educación financiera tiene consecuencias catastróficas en la vida de miles de panameños, comprometiendo su bienestar y estabilidad económica. La ausencia de conocimientos básicos en finanzas personales puede llevar a una mala toma de decisiones, como el uso indiscriminado de tarjetas de crédito y la acumulación de deudas impagables. En Panamá, las tasas de interés de las tarjetas de crédito varían considerablemente, con promedios que oscilan entre el 0% y el 18.99%, según un estudio de la Acodeco. Hay quienes aseguran que en algunos casis se llega a pagar aún mucho más que lo señalado. La incapacidad para entender estos porcentajes y sus implicaciones puede resultar en sobreendeudamiento y estrés financiero.

Una sólida educación financiera es esencial para evitar estos problemas. Enseñar a los jóvenes a tomar decisiones informadas sobre el uso del dinero es crucial. Esto incluye habilidades para gastar, ahorrar e invertir de manera inteligente. La comprensión del funcionamiento del crédito y las deudas puede prevenir problemas financieros graves, como el sobreendeudamiento. Además, fomentar el ahorro desde una edad temprana promueve una mayor seguridad financiera en la edad adulta y la capacidad de enfrentar emergencias económicas.

La educación financiera también permite a los individuos comprender y utilizar productos financieros, como cuentas bancarias, tarjetas de crédito, préstamos y seguros, de manera efectiva y segura. Esto no solo reduce el estrés financiero al proporcionar herramientas y conocimientos para manejar mejor las finanzas personales, sino que también capacita a los individuos para ejercer una mayor autonomía para controlar su futuro financiero. En resumen, la educación financiera es fundamental para evitar comprometer el futuro económico personal o familiar, asegurando así un bienestar general y la capacidad de alcanzar objetivos personales y profesionales; sin sobreendeudamientos ni estrés.

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