El ábaco que impulsa el futuro

Panamá da un paso audaz en la dirección correcta con la reciente implementación de la Estrategia nacional de educación financiera (Enef). Estamos hablando de un programa ambicioso que abarcará unos 50 mil estudiantes y 900 docentes, y se implementará en 40 planteles educativos de todo el país, con el apoyo del Ministerio de Educación y de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP). La ministra de Educación, Maruja Gorday de Villalobos, manifestó que el objetivo es enseñar a los niños a administrar sus recursos desde la infancia; una idea tan simple, pero cuyos beneficios abarcan al país entero. La OCDE, nada menos, apunta que sistemas educativos que implementan este tipo de políticas públicas pueden disminuir la brecha de pobreza y desigualdad a mediano y largo plazo.

Con una serie de cuadernillos y materiales para fortalecer esta iniciativa, los estudiantes recibirán formación en un conjunto de temas que van desde el cuidado de pertenencias hasta el uso responsable del dinero familiar, lo que facilita que relacionen estos conceptos con su vida diaria. La idea no es que los chicos se conviertan en banqueros, sino que adquieran una mentalidad financiera que les permita tomar decisiones informadas en su día a día. ¿Y qué gana Panamá con todo esto? Pues, una población con sólida educación financiera se traduce en crecimiento económico, disminución de la pobreza y en un futuro más brillante para el país. Como señala uno de los involucrados en el proyecto: «una sociedad educada financieramente genera impacto positivo en su entorno».

Esta iniciativa, que fue posible gracias a la Ley 374 del 2023, demuestra el compromiso de Panamá en formar ciudadanos financieramente responsables desde temprana edad. Porque, sin duda alguna, la educación financiera es la brújula que necesitan los niños para navegar en el complicado mar de las finanzas del mundo presente. Y con estos nuevos programas, Panamá se asegura de que su próxima generación no sólo tenga esa brújula, sino que sepa usarla con maestría.

En pleno siglo XXI, equipar a los más jóvenes con las herramientas para navegar en un mundo dominado por finanzas complejas es proporcionarles una valiosa herramienta para desenvolverse con mejores expectativas en un mundo ya extremadamente complejo y competitivo.

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