La literatura nacional a las manos de la niñez

Foto : Un niño lee un libro en un espacio de lecture, Mi Cultura

Desde el pasado 26 de marzo a la fecha, el Ministerio de Cultura ha inaugurado 32 espacios de lectura, un programa que tiene como meta alcanzar a los 300 corregimientos más vulnerables y con mayor tasa de pobreza multidimensional.

Sólo esta semana que culmina hoy, se han abierto 20 bibliotecas en Ciudad de Panamá, Panamá Oeste, Los Santos, Coclé, San Miguelito y Herrera.

Este programa forma parte del Plan Colmena que es una iniciativa gubernamental con el propósito de luchar en contra de las desigualdades en Panamá, en la modalidad interinstitucional entre gobiernos y autoridades locales, comunidad, dirigentes comunitarios y gobierno central.

Este plan se extiende “a través de la articulación armónica de la oferta de servicios públicos”. Entre estos la educación, la salud o la cultura.

El monto de la inversión: Literatura nacional

Con la meta de abrir 300 espacios de lectura en todo el país, el valor de la inversión se traduce en 36 mil libros de autores panameños, ganadores de diversos premios de literatura.

Hoy, el 10% de estas bibliotecas ya están abiertas y a finales de este año culminará la apertura de las 300 bibliotecas comunitarias.

El ministro de Cultura, Carlos Aguilar Navarro, resaltó la importancia de la apertura de esos espacios de lectura precisando que el acceso al libro es “uno de los principales derechos de los ciudadanos” y que es fundamental “para combatir la pobreza social e intelectual”.

Aguilar subrayó que leer es “una actividad que está implícita en todos los escenarios donde las personas necesitan comunicarse y construir juntos”.

El 13% de la literatura panameña está dedicada a la niñez y un 25% a la poesía según un estudio nacional de MiCultura sobre las industrias culturales y creativas.

Un mundo de letras, colores y luz

Este programa busca estimular el interés de la lectura en todas las edades. Pero, para los niños de forma particular, los motiva a conocer la riqueza literaria de nuestros autores nacionales. Pero también, teje la relación entre el niño y el libro.

La psicóloga Estefanía Sucre, expresó que, un niño que lee enriquece su vocabulario y amplía sus conocimientos.

Para leer en buenas condiciones, el entorno de los espacios de lectura es importante.

De hecho, los espacios abiertos en Panamá Oeste y San Miguelito están construidos en ambiente agradable e iluminados.

Entre estas comodidades los nuevos lectores podrán sumergirse en los cuentos y las historias en salas coloridas para aprovechar plenamente de la lectura.

Los sofás y las decoraciones proveen la sensación de estar en casa.

El colorido, la luz, los elementos como flores, y la comodidad del lugar, invita a la niñez que vive sumida en la pobreza a disfrutar de la lectura en su propio espacio de color.

La lectura una herramienta para comunicar y construir

Los “mundos de lectura” que se abren poco a poco los harán regresar a un estado de alegría. La alegría de poder descubrir historias, jugar, comunicar y sobre todo: construir.

Hace 16 meses que no han asistido a clases presenciales. La escuela es uno de los primeros lugares de socialización para los niños.

La pandemia disminuyó de manera drástica las relaciones sociales entre ellos. Es entonces que, no se abren solamente “espacios de lectura” sino también espacios para interaccionar.

Así se crean lugares de intercambio, y los niños podrán leer libros y construir relaciones alrededor de los libros. Estas bibliotecas comunitarias son la oportunidad para estimular el crecimiento de esos futuros adultos.

Para dinamizar este programa, hay voluntarios y mediadores de las comunidades que animan a los lectores jóvenes a acomodarse a esos nuevos espacios de lectura.

Esas personas reciben una formación en mediación de la Dirección de Derechos Culturales y Ciudadanía del Ministerio de Cultura.

De esta forma, se inducen actividades como lecturas de cuentos o promociones de lectura pedagógicas.

El acceso al libro es el acceso a la cultura y al conocimiento. Al abrir esos espacios, se inculcan valores importante y derechos.

Las bibliotecas comunitarias, abren oportunidades al niño que vive en un campo alejado de la ciudad. Lo estimula a descubrir a través de la imaginación y las letras de signes autores panameños, el mundo en el que vive.

Este mismo niño podrá leer historias que darán luz a nuevas ideas y desarrollarán su imaginación.

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