Sobrevolamos la historia de la aviación desde la anterior entrega de La Historia Habla y nos habíamos quedado en el primer helicóptero.
Desde finales del siglo XIX y principios del XX la atracción por volar se extendió como una obsesión, son numerosos los nombres a los que debemos hacer alusión en esta historia y algunos de los estrepitosos fracasos que se dieron también marcan el avance.
Como la historia de Arthur Charles Hubert Latham, el primero en intentar cruzar el Canal de la Mancha en avión. Un fallo en el motor le dio el galardón de ser la primera persona en aterrizar en el agua. A pesar de eso, el fuselaje flotó, y Latham, con toda su sangre fría prendió un cigarrillo y esperó a que llegaran a rescatarlo.
El primer viaje exitoso sobre el Canal de la Mancha lo realizó Louis Blériot el 25 de julio de 1909 con un monoplano. Inglaterra había dejado de ser una isla, tal y como sentenció Guillermo II, emperador de Alemania tras conocer la hazaña.
Pero sigamos con Latham, su adicción al tabaco le ofrece el récord de ser la primera persona que fumó un cigarrillo mientras pilotaba, en mayo de 1909. En diciembre de 1910 un ricachón de Los Ángeles lo reta a cazar patos y Latham se convierte en el primero en cazar desde un avión.
A pesar de que, como ya contábamos en la anterior entrega de La Historia Habla, Alberto Santos Dumont creó los modelos nº 17 y 18, que eran deslizadores acuáticos, unos primitivos hidroaviones, no fue hasta el 28 de marzo de 1910 cuando Henri Fabrè voló con éxito en el primer hidroavión, «Le Canard», que podía despegar desde el agua por sus propios medios.
Y aunque como también pudieron leer en la anterior entrega de La Historia Habla, André Jacques Garnerin en octubre de 1797 saltó con paracaídas desde un globo en París, Thomas Scott Baldwin fue el primer estadounidense que reprodujo la hazaña en enero de 1885.
Baldwin diseñó el dirigible «California Arrow» con el que realiza el primer vuelo alrededor de los Estados Unidos, por ello se le llama el «Padre del dirigible estadounidense». En 1910 ya con su propio avión y una compañía de artistas aéreos, recorre varios países asiáticos en los que nunca se había visto un aeroplano.
Sir Edwin Alliott Verdon Roe, inglés, piloto y fabricante de aeronaves, funda en 1910, junto con su hermano, (la aviación parece ser una tarea fraternal), la AV Roe Aircraft Company y vende la fabulosa cifra de 9.000 unidades de aeroplanos a principios del siglo XX. Su modelo Type F, de 1912, fue el primer avión con cabina cerrada.
Claude Grahame-White fue el primero en realizar un vuelo nocturno de Londres a Manchester en abril de 1910. Ese mismo año vuela sobre Washington y aterriza en la Executive Avenue al lado de la Casa Blanca para regocijo de paseantes y periodistas y ante la indignación de la policía. Fue el primero que, durante la I Guerra Mundial, montó una defensa aérea.
También Albert Leo Stevens hizo sus pinitos en la aviación fabricando y ascendiendo en globos aerostáticos con tan solo 16 años de edad. Con veinte años ya fabrica dirigibles. En 1895 salta en paracaídas desde un campanario en Montreal. Él fue quien desarrolló muchos de los sistemas de seguridad que hoy llevan los paracaídas.
Sin duda todos hemos visto en algún momento de nuestras vidas las imágenes del periodista Jacques Mortane de un aeroplano atravesando el Arco de Triunfo de París. Quien pilotaba ese avión era Charles Godefroy; el 7 de Agosto de 1919 en un biplano «Nieuport 11» pasó tan cerca del suelo que aterrorizó a los paseúntes e incluso los que viajaban en un tranvía se tiraron al suelo para protegerse.
Pero la aviación no es solo cosa de hombres, desde el principio las mujeres han estado involucradas en el proceso, tal y como vimos con Katharine Wright.
Emma Lilian Todd fue la primera diseñadora de aviones del mundo.Su primer aeroplano fue mostrado al público en 1906. Mientras tanto, Raymonde de Laroche, cuatro años más tarde, fue la primera mujer en obtener una licencia de piloto en Francia, en marzo de 1910. En ese mismo año, pero en Bélgica, la campeona de ciclismo Hélène Dutrieu, abandonaba la bicicleta y sacaba también su licencia de piloto.
La primera mujer en obtener una licencia de piloto en los Estados Unidos fue Harriet Quimby, en 1911. Un año después fue la primera mujer que logró cruzar el Canal de la Mancha ¡en solo 59 minutos! Lo consiguió el 12 de mayo, lamentablemente, (para ella y para los cientos de pasajeros que se ahogaron), tres días después, el 15 de abril de ese año, se hunde el Titanic, y la atención de todo el mundo se dirige a las aguas del Atlántico norte.
Lydia Zvereva logra en 1911 su licencia y se convierte en la primera piloto rusa y en 1914 logró realizar la primera maniobra acrobática en el aire, un bucle.
Unos años más tarde, en plena I Guerra Mundial Marie Marvingt se convierte en la primera mujer piloto de combate, y siendo enfermera, fue entrenada y certificada para prestar los servicios de ambulancia aérea en las zonas de combate.
Pero hay muchas otras mujeres que a bordo de un avión desafiaban los estereotipos, Amy Johnson, con 26 años, voló en solitario desde Gran Bretaña hasta Australia, en 1930. Dos años antes de que la famosa Amelia Earhart cruzara el océano Atlántico en solitario.
También en 1932 Olive Ann, conocida como la “Primera Dama de la Aviación”, cofunda la compañía aeroespacial Beech Aircraft Corporation, dedicada a la manufacturación de aviones comerciales y militares.
La primera mujer contratada como piloto comercial en EEUU fue Helen Richey, en 1934, quien además fue una de las primeras instructoras de vuelo en el mundo.
Durante Segunda Guerra Mundial la jefa de las Mujeres Pilotos del Servicio de la Fuerza Aérea fue Jackie Cochran, que se convirtió en la primera aviadora en romper la barrera del sonido en 1953.
Podríamos seguir, pero el espacio se nos acaba, y vamos a terminar con la aviatriz (la palabra no la recoge la RAE, pero es tan hermoasa que no he podido resistirme a utilizarla), Geraldine Mock. Geraldine fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo en solitario en 1964 volando sobre el “Spirit of Columbus”.