La pandemia, ha producido un volumen de información exponencial. No toda está sustentada en fuentes confiables. Mucha resulta no ser cierta, imprecisa o engañosa.
La desinformación, es tan dañina como la COVID-19, y se dispersa tan rápido como el propio virus.
El acceso a la tecnología y las redes sociales, fecundan el terreno de la desinformación. Panamá no es la excepción.
Como advierte LA Organización Mundial de la Salud (OMS), esto “dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan”.
La verificación de la información o Fact Checking, como se conoce en inglés, tampoco ha descansado.
Conversamos desde Argentina con Matías Di Santi, jefe de Medios de Chequeado, el primer sitio de verificación de información fundado en América Latina que, desde 2010 está en línea.
Di Santi expresa que es más fácil y rápido compartir una desinformación porque como explica circula siete veces más, que una información comprobada.
Pero al mismo tiempo, coincide en que “peor sería que no se verifiquen esas desinformaciones para evitar la ola y las burbujas de comunicación que se crean en redes sociales, donde se difunde”, explicó.
Agregó que los periodistas o “fact chekers” especializados en la verificación con base en datos y hechos tienen que seguir mejorando sus prácticas para fortalecer la lucha contra la desinformación, con la ayuda de los ciudadanos, pero también apoyados en motores de búsqueda en internet, y redes sociales como Facebook.
DP. Qué tanta penetración ha tenido la desinformación en los países de la región
MDS. No tenemos medida la penetración, pero si podemos afirmar que este año la alianza Latam Chequea – conformada por cientos de miembros en todos los países de América Latina – ha verificado 3,300 desinformaciones en este año, por lo que la penetración ha sido bastante importante.
DP. Qué tipo de desinformación o bulos es la que más ha predominado durante la pandemia
MDS. Desde Chequeado hemos identificado en el marco de la desinfodemia –la práctica que consiste en difundir noticias falsas o maliciosas sobre la pandemia-, cuatro categorías.
La primera es entorno a las teorías conspirativas sobre el origen del virus. Desde un acto de espionaje de 2 científicos chinos que lo habrían robado en Canadá, hasta su creación en un laboratorio inglés en 2014.
Ninguna de estas ni otras teorías que suponen la producción humana del virus, tienen sustento.
La segunda está relacionada en cómo se contagia y expande el virus. Por ejemplo, circuló una mala interpretación de un estudio científico que decía que el virus sobrevivía en el aire y podía contagiar por abrir la ventana.
Una tercera categoría de desinformaciones son las supuestas curas o tratamientos. Desde tomar agua con limón, hacer gárgaras con agua caliente y sal, o aspirar vapor para matar el coronavirus, y las supuestas invenciones de vacunas o tratamientos efectivos.
Por último, las falsas medidas impuestas medidas aplicadas por las autoridades y, agregaría una quinta: la desinformación que está apareciendo sobre la velocidad en que se desarrollaron vacunas y su efectividad.
DP. Las vacunas candidatas COVID-19 qué tanta desinformación ha producido y qué impacto tendrían esos argumentos para cambiar la actitud de las personas
MDS. No tenemos medido cuántas desinformaciones hay sobre las vacunas y su efectividad, pero sí sabemos que hay diferentes estudios que plantean que las desinformaciones sobre este tema contribuyen a la indecisión y el rechazo de las personas a aplicárselas.
Las redes sociales fueron un caldo de cultivo para estas desinformaciones y lo están siendo en este momento. Reuters Health, la agencia de salud de la agencia de noticias, en octubre difundió un estudio que indica que las campañas en las redes sociales, diseñadas para en duda la seguridad y efectividad de la vacuna están contribuyendo a la indecisión de las personas.
Es lo que nosotros estamos usando como argumento científico para atacar esta desinformación. Las tasas de vacunación de la Organización Mundial de la Salud, para 166 países muestran que la cobertura anual de vacunas disminuyó 12 puntos porcentuales en la década de 2008 a 2018.
La siembra de dudas es particularmente dañina cuando se trata de la vacunación porque la introducción de incertidumbre causa indecisión.
LOS ANTICUERPOS PARA LA DESINFORMACIÓN RECOMENDADOS POR CHEQUEADO
- Identificar la fuente del contenido
- Compartir solo información oficial o verificada,
- Cuidado con las alertas inventadas, y desconfiar de títulos llamativos.
- Si se trata de una imagen, hacer una búsqueda en Google.
- Si un contenido tiene fuente desconocida o verificar, lo mejor es no compartir.
- Reemplacemos el comparto por las dudas, por el: por ahora no lo comparto.
- Si se comparte un contenido y advierte que es falso, es mejor corregir y ofrecer disculpas
- Si otra persona comparte algo falso, y usted se da cuenta, hay que tratar de corregirlo con firmeza y cariño.