El tesoro del faro de Punta Toro

Enciende la curiosidad de cualquier viajero que arriba a la entrada del Canal de Panamá por el Caribe, un peculiar faro que resalta en la base del rompeolas de Colón.

Se trata del faro de Punta Toro, una esbelta torre blanca de cien pies de alto, formada por vigas de acero atornilladas, cuya estructura arropa en toda su altura un cilindro que contiene la escalera de caracol que sube hasta la caseta de la lámpara del faro.   Su altura y su estilizado armazón de acero contrasta con el perfil de los demás faros que integran el sistema de luces y señales de navegación del Canal; la mayoría de clásica forma cónica y construidos de concreto.

Hay quienes opinan que la torre del faro de Punta Toro es un valioso tesoro. Un monumento muy especial.  La razón es que el diseño de la estructura tiene un notable parecido con la de la grandiosa torre Eiffel diseñada por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel, construida en 1889, que se levanta en el Campo de Marte, en el corazón de Paris; y se dice que el faro de Punta Toro, también, fue diseñado por Eiffel, ya que en 1885 Ferdinand De Lesseps reclutó al famoso ingeniero para hacer algunos trabajos en el Canal de Panamá.

A De Lesseps el nombre de Eiffel le resultaba conveniente para ayudar en el enredo financiero que en ese momento tenía la construcción del canal por los franceses. Eiffel era el ingeniero más brillante de Francia y su entrada al escenario de los ingenieros constructores del canal interoceánico servía para darle ánimo al decaído proyecto. En enero de 1886 los ingenieros de Eiffel estaban en Panamá, haciendo trabajos para el canal.

Curiosamente, la estructura de la torre del faro de Punta Toro guarda un parecido con la estructura de metal del faro de la Isla Mona; una isla deshabitada ubicada al oeste de Puerto Rico, el que algunos afirman que, también, es obra de Eiffel.  Sin embargo, aparte de no existir fundamento histórico que relacione al famoso ingeniero con dicho faro en Puerto Rico, estudios recientes realizados por los investigadores Jose-Mari Mutt y Sandra Shanklin, publicados en la revista especializada Lighthouse Digest,   concluyeron que el faro de Isla Mona fue diseñado alrededor de 1885 por el ingeniero militar español, Rafael Rávena , y que fue construido por la empresa parisina Lemmoiner Sauter & Cie.

En el Istmo de Panamá, los franceses comenzaron los trabajos para construir el canal interoceánico en 1882 y, según el Lighthouse Digest, el faro de Punta Toro fue construido por los franceses en 1893 .  No obstante, no hemos encontrado evidencia que corrobore ésta última afirmación.  Sabemos que dos años antes, en octubre de 1891, el Presidente de Colombia había conferido a Ramón R. Jimeno o a sus legítimos sucesores un privilegio exclusivo para establecer, conservar y explotar un faro, o fanal, en el puerto de Colón y otro en el puerto de Panamá por el término que faltaba para concluirse y ofrecerse al servicio público la obra del Canal Interoceánico de Panamá, desde cuya época habían de principiar los derechos concedidos a la “Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá” para el establecimiento de faros en dichos puertos .

En mayo de 1894, una comisión compuesta de ingenieros titulados y nombrados por el Gobierno del departamento para hacer un examen científico de un faro recién erigido en Isla Grande en la punta de Manzanillo, suspendió la inauguración oficial del servicio del faro hasta tanto se colocaran unos vidrios rojos. “Se basa para esto la potestad suprema, en que existe en la bahía de Colón otro faro, cuya luz es blanca, oscilando sus destellos con intermedio de 30 segundos…”  suponemos, entonces, que se referían a la luz del faro de Punta Toro.

Ocurrido el desastre económico de los franceses, la “Compañía Nueva del Canal de Panamá”, en 1899, aceptó vender sus derechos sobre el canal a Estados Unidos por la suma de cuarenta millones de dólares y Estados Unidos adquirió el dominio de las tierras ubicadas dentro de lo que constituyó la Zona del Canal, incluyendo la finca de Sherman, lugar en donde se alza el vetusto faro de Punta Toro.

Poco sabemos de la historia del faro de Punta Toro; sin embargo, mientras no se nos evidencie lo contrario, a los panameños nada nos cuesta pensar que en nuestro Istmo tenemos un tesoro de valor inmenso: un monumento del linaje de la maravillosa torre Eiffel.

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