Su obra no solo documenta luchas y esperanzas, sino que también invita a los lectores a imaginar un futuro donde la justicia, lo diverso y la belleza poética sean los cimientos de un conglomerado renovado.
Sobre todas las cosas no permitas que esa ventana se cierre al cielo. Es que por ella puede salir lo que en el tiempo se intoxica. Es que por ella puede entrar lo que en la vida se renueva. No seas tú el cerrojo.»
En «Cartas a un joven poeta» Rilke afirma «El poeta es aquel que sabe que en la vida todo es símbolo y que cada cosa es una puerta hacia lo eterno.»; Manuel Orestes Nieto es un aeda que ha sabido articular la memoria histórica, la diversidad cultural y las aspiraciones utópicas o reales, eternas o intrascendentes, de su pueblo en una obra rica y de múltiples facetas. Integra lo lírico, lo narrativo y lo simbólico con lo cotidiano, ofrece una reflexión profunda sobre la identidad panameña sin perder de vista la dimensión humana y universal de sus temas.
Su obra no solo documenta luchas y esperanzas, sino que también invita a los lectores a imaginar un futuro donde la justicia, lo diverso y la belleza poética sean los cimientos de un conglomerado renovado. En palabras del propio poeta, su poesía busca iluminar «el cristal entre la luz», esa intersección entre la realidad y el sueño donde se forja el alma de una nación.
El simbolismo marino en la poesía de Manuel Orestes Nieto trasciende la evocación geográfica de Panamá, un istmo abrazado por dos océanos, para convertirse en un núcleo conceptual que articula las dimensiones históricas, culturales, emocionales y filosóficas de su obra. El mar, las olas, las mareas y los elementos asociados (algas, barcos, peces, corrientes) no son solo imágenes recurrentes, sino metáforas vivas que encapsulan la memoria, la resistencia, la diversidad y la utopía. Este simbolismo marino opera en múltiples niveles: desde lo íntimo hasta lo colectivo, desde lo físico hasta lo metafísico, ofreciendo una lente a través de la cual el poeta lee y reescribe la experiencia humana.
Encontremos los fundamentos intrínsecos en la poética de Manuel Orestes Nieto, visitando algunas de sus obras seminales y degustando algunas líneas de ellas:
«Reconstrucción de los hechos», en el contexto de la literatura panameña, representa un punto de inflexión. Hasta los años 70, la poesía panameña había estado marcada por las vanguardias y postvanguardias, con figuras como Rogelio Sinán liderando experimentaciones formales. Manuel Orestes, sin embargo, introduce un enfoque más testimonial y social, que responde directamente a las urgencias de su tiempo. Su poesía no solo documenta la historia, sino que la reinterpreta desde una perspectiva lírica, ofreciendo un modelo para las generaciones posteriores. El poemario también coadyuba a la construcción de una narrativa nacional que incluye a los sectores marginados, algo que era menos común en la poesía panameña anterior. Al dar voz a los pobres, a los afrodescendientes, a los desadaptados, a los marginales y a las víctimas de la violencia colonial, Manuel Orestes Nieto amplía el horizonte de lo que significa ser panameño, sentando las bases para una literatura más incluyente.
y que junto a esta cosa que le doy nombre de vida
esta cosa que tendría que caer por tierra
junto a estos hechos
descubro que otras vidas entran a pie a mi casa
denunciando para siempre todo el anonimato del mundo»
Desde una óptica profunda, este libro no solo reconstruye hechos históricos, sino que restituye al propio poeta, a su pueblo y a un tejido de palabras que resisten el olvido y la injusticia. Para un joven de veintiún años, lograr tal profundidad temática y estilística es un testimonio de su talento innato y de su conexión visceral con las realidades de su país. «Reconstrucción de los hechos» (Premio de poesía Ricardo Miró, 1972) es una obra imprescindible para entender no solo la trayectoria de Manuel Orestes, sino también los cimientos de la poesía panameña contemporánea.
Hay un amor que todo lo está pudiendo pujando
trabajando bajo tus pies
devolviéndote la infancia
lo que te pertenece lo que no te dieron al entrar
tal vez por pobre tal vez por negra tal vez por tartamuda»
«Dar la cara» es una obra seminal que captura el espíritu de resistencia de una época convulsa, a lo largo y ancho de toda Nuestra América. Desde una mirada profunda y empática, este poemario no solo enfrenta las opresiones históricas y contemporáneas, sino que trasciende su contexto para ofrecer una reflexión abisal sobre el costo vivencial y la necesidad imperiosa de la rebelión de los pueblos. Las imágenes cruciales, el tono de confrontación y la empatía hacia los olvidados hacen de este libro un testimonio poético de gran intensidad emocional y estética.
y sucede que bajas a la ciudad
y entras en uno de los bares limítrofes a solas
a bañarte de neón y de rameras
pero recuerdas que eres de los que escribe poemas
de los privilegiados
y distinguidos
un escogido a toda prueba
capaz de precisar el concepto divino de San Anselmo
y sus pruebas improbables»
Para Manuel Orestes Nieto, «Dar la cara» marca un momento de consolidación como poeta y como voz de su generación. El reconocimiento del premio «Casa de las Américas» (1975) no solo valida su talento, sino que lo proyecta hacia un escenario más vasto, donde su poesía puede asumir un dialogo con las grandes corrientes literarias del continente. A cinco décadas de su publicación, el poemario sigue siendo una obra clave para entender las raíces de la poesía panameña contemporánea y el papel del arte en tiempos de crisis.
eras de una familia en particular
que en ocasiones me parecía sagrada
por todos sus anhelos
sus avalanchas de costumbres inverosímiles
y el gran cariño ―casi carnívoro― que sentían
los unos por los otros»
«Panamá en la memoria de los mares» es una obra fundamental en la trayectoria de Manuel Orestes Nieto y en la poesía panameña. Desde una experticia profunda, el poemario registra los eventos históricos que han dado forma al Istmo y los transforma en un canto lírico que celebra la resistencia, lo plural y las esperanzas de un pueblo. La imagen del mar como memoria viva encapsula perfectamente el espíritu del libro: un espacio eterno que guarda las heridas y los sueños, pero también los renueva en cada alborada.
Punto de llegada y partida
abrevadero y piedra
pena sumergida en la humedad
y el destrozo
campanarios de frágiles ciudades
y siempre el mar
bajo los signos de tu frente.»
Con este poemario, Nieto no solo «da la cara» por su país (como en su obra anterior), sino que lo abraza con una ternura épica, profunda, ofreciendo una visión que es tan dolorosa como plena de esperanza. El reconocimiento del premio Ricardo Miró en 1983 fue un testimonio de la calidad estética y la relevancia cultural de «Panamá en la memoria de los mares», que permanece resonando como una de las expresiones más logradas del alma panameña en la literatura.